Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

No hay sustituto para un hogar que enfoca una sexualidad franca y sensible. Qué importante es esto.

Qué importante es tener una plática amigable con el hijo o la hija adolescente, en que las preguntas se aceptan con transparencia, en que la hermosura de las relaciones sexuales dentro del matrimonio y los peligros fuera de él, son tratados dentro de un contexto ético y cristiano, en que se prepara tranquilamente al adolescente para su llegada a la pubertad y para los primeros indicios de sus impulsos sexuales.

El hogar es el lugar principal donde nuestros jóvenes y adolescentes pueden recibir la información necesaria en una manera sensible y franca, apoyándonos con la fuente de valores morales inagotable como lo son las Sagradas Escrituras.

Desgraciadamente encontramos que el aborto se ha convertido en el procedimiento quirúrgico más común en el mundo occidental y ha llegado a ser trágicamente común entre los adolescentes.

Según el diario New York Times, algunos estudios indican que el 75% de todas las niñas ha tenido relaciones sexuales durante sus años adolescentes y el 15% ha tenido 4 o más parejas.

Qué importante es el padre en el hogar, el padre que esté presente, el padre que no solamente llega a casa fatigado y prende el televisor y se olvida de sus hijos sin ver la necesidad de ellos.

Quiero hacer un llamado urgente a muestra sociedad: volvernos a los valores de Dios; Él ha dado una promesa preciosa en las Sagradas Escrituras:

“Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos y el corazón de los hijos hacia los padres. No sea que yo venga, dice el Señor, y hiera la tierra con maldición.

Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”.

Los padres son los responsables de criar a los hijos en una vida disciplinada, templada, donde sean capaces de enfrentar los retos que se les presentan.

Estoy haciendo un llamado a que los padres se vuelvan a los valores de Dios, se vuelvan al Dios vivo y verdadero, el cual hace volver el corazón de los padres hacia los hijos.

Ellos vendrán a ser el centro de tu vida y tus hijos se convertirán a ti, de tal manera que seguirán tu ejemplo, seguirán tus consejos y los podrás guardar de las problemáticas que están rodeando a los adolescentes en llamas.

No cabe duda, si no reaccionamos ante estas alarmantes estadísticas e índices sobre la desgracia entre los adolescentes y jóvenes, su futuro será la destrucción.