ADOLESCENTES EN LLAMAS I Parte: La problemática del adolescente
 

El ambiente en casa lo construyen los padres
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Para los padres es importante insistir que el ambiente del hogar debe ser tal que provea para el joven un estímulo a la práctica de los valores familiares de confianza, amor, respeto, perdón, servicio, obediencia, honestidad e integridad.

Veamos el diseño de Dios para la familia. Cuán bueno es el texto Sagrado para poder orientar los valores espirituales y morales y fundamentar hogares en Cristo estables que provean a los hijos una atmósfera de crecimiento sano.
                
En Colosenses 3:18-21, se instruye a la familia de la manera siguiente:

“Casadas, respeten a sus maridos como conviene al Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten”.
 
Un hogar funcional es aquel en el cual hay un compromiso en cada miembro de la familia para proveer al otro miembro el amor y el afecto, el servicio necesario: la mujer respeta a su esposo y el marido ama a su esposa.

El amor no es un sentimiento, es un compromiso. El amor es la decisión de hacer el bien sin esperar recibir nada a cambio, simplemente buscando la felicidad de nuestro prójimo.

Así lo enseña Dios cuando nos dice que de tal manera ha amado Dios al mundo que ha dado a su único hijo, para que todo aquél que en Él cree, no se pierda sino tenga vida verdadera, vida eterna. Dios dio a su hijo, nos dio lo mejor, lo que realmente necesitábamos, a Jesús.

Cuando Él vio nuestra necesidad supo lo que debía darnos, pero eso le costó mucho al Padre, le costó ver al Hijo en la cruz, cómo fue golpeado, cómo fue   humillado,   cómo   fue   crucificado,   cómo  fue herido, al Padre le dolió.

El Hijo fue entregado en las manos crueles de los verdugos quienes lo crucificaron, porque el Padre nos dio una oportunidad a todos nosotros para cambiar nuestras vidas y creer en Jesucristo y andar en esa rectitud y en esa obediencia a su Sagrada Palabra.

¿No responderemos igual ante este gran ejemplo de amor? Debemos convertirnos en padres dispuestos a morir sin importar los sacrificios, por aquellos quienes más nos necesitan, nuestros hijos.

¿Hay amor en tu casa?
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