Las Adicciones
 

Reconocer el problema, primer paso de la solución
 

Por: Dr. Octavio Maldonado

La persona debe reconocer que es adicto, el problema del adicto no es la droga, sino él mismo; en otras palabras, si la persona no acepta que tiene un problema y que está afectando a terceros, difícilmente se puede generar una conducta que cambie su comportamiento, este es el primer paso y quizás el mas difícil pero el más importante, que la persona realmente reconozca y tome responsabilidades de sus hechos para que pueda tener un cambio.

En el ejemplo de el joven que sus padres actuaron para que dejara la droga; él llegó un día en que se dispuso a cambiar, aceptó que estaba enfrentando un problema, que era adicto a esta sustancia y aceptó la ayuda que le fue ofrecida.

Primero hay que reconocer el estado, si no se reconoce este estado de dependencia y de adicción, y que fue generado inicialmente por tratar de encontrar una salida fácil a cierta problemática a través de sustancias que liberan o que son placenteras, si no se reconoce este estado, es muy difícil que una persona pueda cambiar, de hecho pudiéramos decir imposible.

Estrategias que se recomiendan para que las personas identifiquen su problema:

  1. No hacerle entender de forma agresiva que se esta volviendo un adicto, o  que ya es un adicto, los insultos, los malos momentos, los gritos o los desplantes no le van a ayudar a la persona adicta. Lo que le va ayudar, es que se le diga su estado adictivo de forma muy serena y con mucha sensibilidad para que pueda reconocer su condición.
  1. No hay que llegar al adicto con frases o adjetivos que lo pudieran lesionar, sino lejos de eso hay que hacerle entender. Se debe de buscar a las personas mas adecuadas, aquellas que el adicto respete para que le transmitan este mensaje, en ocasiones se sugiere también que no sea solo uno, sino 2 ó 3 familiares muy allegados a esta persona o con mucha influencia hacia él, deben investigar hechos reales, para que puedan documentar a la persona y realmente reconozca que definitivamente su comportamiento es anormal y puede traer una destrucción a la familia.

Cuántas personas en su intento de ayudar, acaban insultando a la persona que es adicta,  y lejos de formar un vínculo de amistad o amor, hay una mayor separación, hasta que hay un distanciamiento completo.

La familia debe estar consiente de que existe una problemática y que el objetivo principal es que la persona lo reconozca, y una vez que lo reconozca se le pueda ofrecer ayuda.

Existen profesionales de la salud, expertos en tratar este tipo de circunstancias y situaciones, también existen terapeutas a nivel personal y familiar, que pueden orientar para poder ayudar a un adicto, pero definitivamente no es a través de las agresiones y no es a través de formar un ambiente tenso o de agresión dentro del seno familiar.

La persona tiene que darse cuenta del daño que está provocando, abrir los ojos ante esta realidad porque están cegados por la droga o el alcohol, muchas  veces “ignoran” voluntariamente lo que está sucediendo, no es que tengan un carácter especial como llegan a decir algunos: “es que nosotros los alcohólicos somos muy enojones” no existe una personalidad característica de un adicto, no existe una determinación fisiopatología de ellos, existe una problemática y una forma falsa de salir de esta situación lo que lleva al adicto a convertirse en un esclavo de la droga.

La familia necesita ayuda y también el adicto, de tal manera que se tiene que trabajar en una estrategia bien determinada para poder ayudar a las personas y entonces si, una vez que haya aceptado su responsabilidad y situación y esté de acuerdo en recibir la ayuda, es cuando también se ofrece la ayuda de los profesionales de la salud para que esta persona pueda definitivamente tener un abandono completo de aquellas sustancias  de las cuales se ha convertido en dependiente o bien, de aquellas circunstancias o comportamientos.

La comunicación de la familia con el adicto
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