Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

“Los cigarros me llevaron a consumir marihuana, la marihuana me condujo al alcohol, el alcohol me llevó al crack, el crack me condujo a los alucinógenos, los alucinógenos me condujeron a la cocaína y la cocaína me llevó a la decisión de no consumir más ninguna droga”.

Katy nos da este testimonio, ella tiene 13 años de edad y nos dice cómo fue escalando hasta llegar a la cocaína. Y así es como muchos jóvenes empiezan la adicción a las drogas; un cigarrillo y van escalando, una cerveza y van escalando.

La experiencia de Katy es la misma que la de muchos adolescentes en México, Estados Unidos, España y el mundo entero. Si nos sentáramos a platicar con muchachos que consumen drogas, preguntándoles sobre sus experiencias y supieran que al responder no se les causaría ningún problema, ¡aprenderíamos cosas sorprendentes acerca del mundo en el que viven!

Este mundo de las drogas es irreal, raro y horrible; está muy lejos de lo que nos podemos imaginar. Nuestra propia adolescencia estaba llena de gozos indescriptibles y tormentos inexpresables; pero las altas y bajas que los adolescentes consumidores de drogas experimentan, están muy lejos de lo que nos podemos imaginar.

La pregunta que se viene a nuestras mentes es: ¿realmente podrá estar sucediendo esto? Y cuando escuchamos cuántos adolescentes están utilizando drogas, sean ricos, pobres, hombres, mujeres, atletas, buenos, malos, con futuros brillantes o sin esperanza; tenemos que confrontar nuestros prejuicios y conocimientos.

Tenemos que darnos cuenta de que no sabemos nada y que tenemos que empezar desde el principio. No podemos comprender la inmensidad de lo que estamos confrontando hasta que entendemos lo complicado, la variedad y la abundancia de las drogas que nuestros hijos pueden escoger.

“Yo no uso drogas, yo sólo uso alcohol”. Esto es lo que todos los muchachos dicen. Sin embargo, comenta Joseph Kalifano Jr: “La radio y la televisión se enfocan en drogas ilegales, tales como la heroína, pero eso es sólo la cola. El perro es el alcohol y el perro está realmente mordiendo a nuestros hijos”.

En el vocabulario del adolescente, el alcohol es lo normal, lo de todos los días y lo que siempre está disponible; es la droga que siempre está presente y que puedes tomar cuando no encuentras o no puedes pagar la marihuana, la metamorfina o la cocaína. Cuando no hay nada disponible, siempre hay alcohol.

Hay jóvenes que tienen una doble idea acerca del alcohol. Por un lado, ellos insisten que no es una droga porque es legal y está en todos lados. Ellos dicen:

“Todo el mundo toma alcohol, ¿cómo va a ser una droga? La gente va a los bares, se toma una cerveza, maneja de regreso a casa y a nadie le importa porque sólo es alcohol. En mi casa, la cerveza y el vino están en el refrigerador, a un lado de la leche y del jugo de naranja. Tú no ves cocaína ni heroína en los refrigeradores. El alcohol es solamente una droga para gente que no puede manejar situaciones”.

Aun cuando ellos insisten en que el alcohol no es una droga, saben que la cerveza, el vino y el licor, pueden meter a la gente en grandes problemas. Ellos pueden hablar abiertamente sobre las cosas estúpidas que hacen cuando se emborrachan, como peleas, sexo, llamadas de atención por manejar borrachos o fiestas perversas.

También ven la hipocresía en el hecho de que sus alcohólicos padres les dan sermones, se burlan de ellos, los castigan por usar sustancias adictivas. Dice Antonio de 14 años de edad:

“La gente no muere por fumar marihuana, pero ellos mueren por tomar alcohol. Mi tío se ahogó, estaba borracho cuando fue a nadar y ahí murió. El amigo de mi papá se cayó de las escaleras cuando andaba borracho y se quebró la cabeza. Estuvo en el hospital por varias semanas y casi muere. Mis padres toman, se emborrachan y se convierten en estúpidos; se gritan el uno al otro y nos gritan a nosotros. Y los adultos piensan que hacemos mal al fumar marihuana o un cigarrillo de vez en cuando”.

Los adolescentes saben que de todas las drogas disponibles, el alcohol es la más devastadora y destructiva de todas; es legal, se supone, para gente arriba de 18 años, aunque esto no se respeta. Está dondequiera, es adictiva y tomarla te puede hacer un tonto, agresivo y violento.