Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Las estadísticas nos muestran que el suicidio ya es parte de esta sociedad joven. Contribuyen al suicidio sentimientos como desesperanza e incapacidad. Está comprobado también que los adolescentes homosexuales y lesbianas están enfrentando futuros muy oscuros y trágicos, porque entre ellos es mayor aún la tasa de suicidio, tal como lo reporta el estudio realizado en Massachusetts en los Estados Unidos de América, en el cuál se muestra que 30% de las muchachas lesbianas adolescentes murieron a causa del suicidio.

Con éstas estadísticas nos podemos dar cuenta de que los jóvenes, al menos muchos de ellos, en la posibilidad de suicidarse, no todos lo van a realizar, pero cruza por la mente de los jóvenes esa idea, por eso en las estadísticas no tenemos los miles y miles de jóvenes que intentan suicidarse y no lo logran, lo cual es alarmante porque está comprobado que cuando una persona intenta suicidarse, si no recibe el tratamiento adecuado, tratará de suicidarse de nuevo.

En una ocasión, un conductor de automóvil que era entrenador de deportes, pasó por un puente y vio a un hombre que estaba con un rostro sumamente angustiado, por lo cual detuvo su automóvil, se bajó, fue con aquel hombre, lo abrazó y le dijo:

 -¿No pensará usted en tirarse del puente? Y este hombre de aproximadamente 60 años de edad, le respondió:
- Sí, es lo que estoy pensando hacer, tirarme del puente, porque he fracasado en mi familia, he fracasado en mi trabajo y no tiene caso vivir, me siento incapaz de hacerle frente a los problemas.

 Aquel buen hombre, entrenador de deportes, decidió llevarlo a su casa, ayudarlo y buscar ayuda de los consejeros en la universidad donde él trabajaba, para que pudieran hablar con él y finalmente este hombre desistió de la idea de suicidarse.

Este es sólo un ejemplo de lo que miles de personas el día de hoy, en los países de habla hispana enfrentan una incapacidad que los hace sentirse muy mal para poder resolver los problemas en sus propias vidas. Muchos jóvenes contemplan el suicidio como una forma de resolver lo que no pueden resolver en sus propias fuerzas.

Otro aspecto de los jóvenes, es que no están dispuestos a filosofar o pensar acerca del fenómeno del suicidio.
Cuando  son entrevistados algunos jóvenes; ya sea por consejeros, trabajadores sociales, por psicólogos, psiquiatras y aún en entrevistas de televisión, los entrevistadores contemplan el suicidio remontándose a su época antigua diciendo: “Cuando yo era joven, el suicidio no era un gran problema entre nosotros, ni siquiera se hablaba de él en nuestra sociedad y no escuchábamos de personas o jóvenes que quisieran quitarse la vida”, y les preguntan a los jóvenes: “¿Por qué ustedes quieren quitarse la vida?”

Esta es una manera muy insensible de abordar el tema del suicidio; es decir, no están viendo los rostros ocultos del suicidio y qué hay detrás del suicidio.

Lo primero que deberíamos de decir es que No es un acto justificado, sino que es un acto altamente destructivo; es la puerta falsa que ocasiona un dolor inmenso al que lo hace y a las personas que están alrededor de él.

Sin embargo, que tenemos enfrentar la realidad de que los tiempos han cambiado, ya no estamos viviendo como hace 30 o 40 años atrás, donde nuestra sociedad no contemplaba este problema como una plaga, como lo vemos el día de hoy. Y debemos de tratar de enfrentar más que de preguntarles a los jóvenes o criticar sus actitudes, qué es lo que está ocasionando que se quiten la vida, ¿no seremos culpables muchos de nosotros?, ¿no estaremos detrás de esos rostros ocultos del suicidio?

Un estudio en Australia, examinó la relación entre el suicidio y el incremento de tiempo desperdiciado entre la gente joven, sugiriendo que pudiera existir un vínculo entre el aburrimiento y las malas conductas muy riesgosas como el abuso de drogas y los problemas mentales.

Es decir, gran cantidad de adolescentes desperdician el tiempo, desgraciadamente, no aprovechando esas horas para  hacer sus responsabilidades en la casa o en el trabajo y de esta manera son más predispuestos a sentirse aislados, solos, a incurrir en las drogas, en conductas altamente riesgosas, violentas y problemas mentales y aún también los jóvenes que trabajan duro en la escuela, en la comunidad, tratan de  quitarse la vida.