Los conflictos familiares más comunes y cómo resolverlos
 

Para tomar decisiones correctas
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Finalmente, mencionaré cinco principios básicos para tomar decisiones correctas:

a).- Ante todo, identificar y escoger el BIEN MAYOR Esto hasta cierto punto se dice muy sencillo, pero a la hora del problema a veces se dificulta entender qué es lo más benéfico para la mayoría de los integrantes de la familia. Le pondré un ejemplo: El que usted dedique más horas de trabajo, le puede estar quitando el tiempo de crianza y convivencia con lo hijos.

Hay personas que están trabajando arduamente por darle una calidad de vida material muy buena a los hijos, pero hay quienes dicen: "No, yo no quiero trabajar horas demás, ese empleo me absorbe muchísimo y no puedo convivir con mis hijos, no los estoy viendo crecer". Entonces, ¿cuál es el bien mayor? ¿Darles una gran casa, o una buena crianza? “¿Será mayor bien para ellos el sembrarles valores y que tengan una sólida convivencia conmigo?” Hay que buscar el bien mayor y siempre hay que identificarlo. Hay que buscar siempre resolver la situación en base a lo que puede ser el mayor bien para los integrantes de la familia.

b).- Razonar  No dejarse llevar por los sentimientos. Las decisiones requieren decisiones pensadas, meditadas, muy frías, bien calculadas en donde se tengan que hacer a un lado los sentimientos. Los varones son muy buenos para esto, por algo son llamados a ser líderes en el hogar; los varones por lo general son prácticos, son objetivos, esa objetividad tiene un peso muy fuerte en sus decisiones, es decir, no se dejan llevar por lo que ven, o por lo que sienten en determinado momento, sino por lo que entienden.

Claro, ambos -la objetividad y los sentimientos- son buenos y necesarios, no estoy diciendo que los sentimientos sean malos, pero usar la razón es lo mejor al momento de decidir. Ante un problema, atender lo que dicta la razón, sobre todo si esa razón está apoyada en la conciencia, y la conciencia en la Palabra de Dios, eso es lo mejor. Una decisión basada en la razón es lo mejor que puede hacer una persona. Los sentimientos son muy traicioneros y muy cambiantes.

c).- Actuar con justicia  Los padres debemos impartir justicia, nosotros somos jueces a la hora de impartir justicia en nuestra familia. Desde cosas tan simples como diferencias entre los hijos, hasta situaciones con agresiones contra la familia, esto es parte del carácter protector del esposo o de ustedes, como padres.

Justicia es dar a cada quien lo que le corresponde. Si uno de sus hijos está agrediendo a los otros, a los más pequeños, y usted no hace nada, usted está provocado una enemistad muy fuerte entre sus hijos, el día de mañana los menores se van a levantar con un odio y una venganza contra su hermano mayor y pueden venir consecuencias terribles.

Debemos aprender a impartir justicia, y ésta empieza por uno mismo, "el buen juez, por su casa empieza" y primero que nada, nosotros tenemos que aprender a ser imparciales en nuestra propia vida y también severos con quien lo merezca, debemos de vivir la justicia que queremos que nuestros hijos vivan.

Algunos ejemplos: el padre puede querer mucho a su hijo, pero si el hijo desobedece a su mamá continuamente, sufrirá la consecuencia: no le van a comprar un juguete, por ejemplo. Decir: "Te quiero mucho hijo, pero desobedeciste a mamá de una manera muy grosera y ya no te voy a comprar el juguete”. “Te quiero mucho hermano, pero le robaste a papá y vas a sufrir las consecuencias legales, lo siento mucho, pero yo tengo que ponerte un freno.” 

d).- Hacer lo moralmente bueno Ceñirse a los principios morales y a los valores siempre es bueno. Aprendamos a escuchar nuestra conciencia, ésta tiene valores sólidos y muy buenos. El problema de la conciencia es que cuando no se escucha, se echa a perder y se atrofia, y luego por eso ya no se sabe qué es bueno y qué es malo. Pero cuando ésta funciona saludablemente, es bastante útil, cuando se aprende a seguir esa voz interior que nos dice lo que está bien y lo que está mal.

De hecho esa conciencia al momento de nacer está muy en consonancia con las Sagradas Escrituras, y aquí quiero resaltar que debemos de aprender como padres a darle valor a las Escrituras, ahí podemos encontrar principios que son universales, que son eternos y que han demostrado a lo largo de los siglos su gran eficacia, de manera sobrada, han regenerado vidas, han resuelto conflictos terribles.

Usted puede aplicar esos valores que encontramos en las Sagradas Escrituras, esos principios, se lo recomendamos ampliamente, porque también están en nuestra conciencia. Qué importante es seguir esos principios morales y valores, los cuales por mucho tiempo se nos han enseñado en casa, en la iglesia, en la escuela, aun en empresas en donde la puntualidad, la honestidad, el trabajo, el respeto, son valores universales que siempre que se aplican, dondequiera, dan frutos buenos.

e).- Que no reine el egoísmo.    Lo que realmente debe reinar en la vida de la familia y en la toma de decisiones para resolver conflictos es el amor. Que ante las decisiones difíciles, ninguno busque su propio bien, sino el del otro, que se busque el mayor bien de la familia.

Cuando estamos tratando de buscar el bien personal, vamos a fracasar, vamos a ser unos egoístas que no vamos a estar viendo la necesidad de los demás, de nuestro cónyuge, ni de nuestros hijos. Debe de reinar el amor.

El amor, como lo hemos mencionado muchas veces en Esperanza para la Familia, es buscar el mayor bien de los demás, sin esperar nada a cambio. La persona egoísta siempre buscará para sí mismo, “que me vaya bien, que no se enojen conmigo, que yo quede bien con los demás”, etc.

Ya hemos visto que la familia es el lugar diseñado por Dios para que el hombre aprenda a amar a su prójimo, por lo cual hay que desarrollar completamente el amor.

Decidir con amor, siempre dará buenos resultados
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