La Unidad Familiar

Beneficios de vivir en familia

Por: Ing. Gilberto Sánchez

En la familia podemos encontrar todo lo necesario para desarrollar nuestro amor, nuestra paciencia, nuestro cariño, poder instruir a nuestros hijos, el desarrollar nuestra paciencia, el cuidado, el tierno cuidado hacia nuestros hijos, la fidelidad con nuestra esposa… es un ambiente excelente para poder desarrollar toda esas virtudes, todas esas formas que son parte de las características de Dios: la fidelidad, el respeto, la honestidad, la veracidad, el amor, etc.

Son dos verdades fundamentales:

  1. Necesitamos vivir en familia y,
  2. En esa familia, es donde mejor podemos explayarnos en demostrar nuestra capacidad de amar a los demás.

Quisiera mencionar algunos beneficios de vivir en familia:

1.- Nos aleja de una vida egoísta. Porque la vida en familia demanda 24 horas al día, amor. En familia ya no estás viendo sólo para ti, sino que también, vives para los demás; y mientras más te esmeres en dar amor a tu familia, más te vas a alejar del egoísmo, vas a dejar de pensar en ti y vas a pensar más en los demás.

El amor y servicio a ellos te llevará a negarte muchas cosas, como aquellas madres de familia que tienen que madrugar y levantarse de la cama porque el bebé está llorando y necesita pecho. O el padre que tiene que salir a trabajar, independientemente de cómo esté el clima, o a pesar de que esté enfermo, cansado.

No se le olvide, uno de los más grandes problemas que la humanidad está teniendo es el vacío espiritual, es decir, el no hallarle sentido a la vida, porque la gente cada vez es más individualista y más egoísta. Si aprendiéramos a amar más, estaríamos pensando menos en nosotros mismos y no tendríamos  tantos problemas.

2.- Disfrutamos de compromisos permanentes y de las consecuencias de la responsabilidad constante. En la familia -como en ningún otro lugar- vas a encontrar demandas constantes, responsabilidades que tienes tú hacia los demás, y los demás hacia ti.

Ser parte de una familia implica que tú aprendas a ser responsable, independientemente de cuál sea tu puesto ahí, seas papá, seas mamá, seas hijo, ahí debes aprender a amar, y cumplir siempre tu responsabilidad.

3.- Nos ayuda a crecer juntos.
Significa que podemos ser unánimes (sentir lo mismo, compartir una misma visión). Luchar juntos por una meta común, sin que nadie se quede atrás, es decir, es un ambiente donde todos estamos avanzando juntos, todos somos importantes, y todos nos tomamos en cuenta.

En este aspecto es muy importante el papel de los padres, particularmente del varón, quien es la cabeza del hogar y una de sus tareas principales es DIRIGIR. Él debe brindar una visión a su familia, mostrándoles por dónde ir, para que cada integrante tenga bien definido su propósito y sepa a dónde tiene que llegar.

4.- Nos enseña a conocer lo que son las jerarquías.
Esto es algo sumamente importante, porque el hijo que sabe que papá es quien manda en casa (y cuando no está papá, la que manda es mamá), aprende a obedecer más fácilmente, conoce lo que es la sujeción a una autoridad; de manera que el día de mañana cuando salen de casa, saben respetar desde una señal de tránsito, hasta sus profesores y adultos mayores.

Es decir, el vivir en familia provee una enseñanza práctica a los hijos respecto a la obediencia. Aprenden ese ejemplo en casa, pues observan y viven la sujeción: ven que papá tiene un orden, ven que mamá tiene un orden, que ellos como hijos tienen un orden. Y todos aprenden juntos a respetar a las demás personas.

Cuando un hijo ve eso, logra -en la escuela o en el trabajo- tener un comportamiento muy sociable y productivo, es decir, no son personas groseras, ni altaneras, ni problemáticas, sino que son maduras, y saben relacionarse socialmente con los demás, sea cual sea su nivel de jerarquía.

Eso se da en la familia. Cuando usted ve que un hijo no respeta nada, no respeta a ninguna autoridad, hay una razón: en casa no se le enseñó el respeto, no se le enseñó el orden de autoridad, ni lo vio en sus padres, ni lo experimentó como hijo.

5.- Aprendemos a trabajar en equipo.
Evitemos eso de vivir de manera individual y solitaria. Cierto, muchas veces tendremos que trabajar solos en determinada misión, o necesidad personal, o laboral, pero eso no quiere decir que no sepamos a trabajar en equipo. Cuando estamos en familia podemos inculcar eso, delegando a unos una cosa, a otros otra, trabajando en grupo como un todo, cuya finalidad y propósito final es el bienestar mayor de la familia.

Cuántas personas hay que no saben trabajar en equipo, y no saben pedir ayuda, ni tampoco saben ayudar al de al lado. Cuántas personas viven vidas egoístas, tan independientes e individualistas, tan sumergidos en su propio mundo y problemas, al grado que no saben ayudar a los demás.

Cuántas veces no hemos oído de personas que se divorcian “por incompatibilidad de caracteres” pero -en lo personal- creo que en muchos casos fueron personas que no sabían trabajar en equipo, que nunca aprendieron a ceder, ni a coordinar esfuerzos, para encontrar el bien mayor de su pareja.

Todos somos importantes y nos necesitamos
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©