Cómo Criar Campeones II - Los más importante para nuestros hijos

El miedo al rechazo

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

El investigador Mc Dowell en este tema sobre la presión grupal de los adolescentes, comenta lo siguiente:

“Cualquier divergencia en lo que es considerado como forma normal de hablar, de vestirse o de actuar para tratar de integrarse a un grupo, puede resultar en objeto de burlas y rechazo.”

Esto nos muestra el por qué muchos jóvenes son objeto de burlas y rechazo cuando tratan de actuar correctamente en su grupo de amigos practicando los valores que sus propios padres les inculcaron en el seno familiar.

Esteban, un muchacho de 16 años que cursa la secundaria lo expresó así:

“Mis amigos quieren hacer cosas que yo sé que no son buenas y que no son cristianas, pero es difícil no seguirles la corriente. Supongo que esto significa que mis amigos no son buenos para mí, pero saberlo no hace que las cosas sean más fáciles de enfrentar… simplemente a nadie le gusta ser el raro”.

En otras palabras, hoy ven como a “un tonto” o como a “un raro” en las preparatorias al joven que no fuma, que no toma, que no tiene relaciones sexuales, que le gusta el trabajo, el estudio, que busca obedecer a sus padres. Lo ven como un desadaptado.

Vea usted la clase de sociedad que estamos formando y la clase de retos que enfrentan nuestros hijos.

Sin embargo, cuando cruzan de la niñez a la adolescencia y llegan a la secundaria, sus amigos serán una gran influencia para ellos y con tal de no perder su amistad o recibir burlas de ellos, harán todo lo posible por mantener su aceptación.

Conocí otro caso en una consejería familiar de una niña, aproximadamente 11 años de edad.
      
Tenía un lindo carácter y excelente formación académica, moral, ética, aun cristiana. Sin embargo, al entrar a la secundaria, llegó a tal grado de depresión porque sentía mucha indignación al no ser aceptada por sus compañeras, lo cual la hacía sentirse triste y sola.

Empezó a cambiar su manera de vestir y de comportarse. Trató de imitar a sus compañeros, incluso comenzó a hablar como ellos. Empezó a corromperse y los padres se alarmaron intensamente. ¿Qué le está pasando? -dijeron- era la presión grupal.

El doctor Bruce Normon, comenta lo siguiente al respecto:

“Pocas cosas hay que atemoricen más a los padres que la presión de los amigos en sus hijos. Observamos a los adolescentes en nuestros vecindarios o en las escuelas locales y temblamos.

Escuchamos el chirrido de las llantas cuando aceleran de golpe en medio del tránsito, vemos una pandilla de jovencitos mal vestidos pasando el tiempo en una esquina favorita.

No dejamos de ver muchachas vistiendo ropa seductora o en conversaciones plagadas de malas palabras. También oímos de fiestas desenfrenadas y lo fácil que es conseguir la droga en las escuelas.

Todo esto nos hace especular sobre sus normas morales, su consagración, y sus actitudes”.

¿Hacia dónde van nuestros hijos? ¿Qué futuro les espera si no velamos responsablemente por ellos?

No hay exentos
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