La Culpabilidad

Una regla de oro

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Hay una regla de oro que todos los seres humanos entendemos y es muy sencilla: no hagas nada que no quieras que te hagan a ti. Tú tienes una dignidad y esperas respeto; cuando hay cosas que afectan tu dignidad, tu respeto o te agraden, tú te sientes mal. Esas son acciones reprobables; pues bien, eso que no te agrada no se lo hagas a otras personas.

No es más que una sencilla regla que nos aclara cómo debemos tratar a otras personas, poniéndonos en el lugar del otro. Todos estamos de acuerdo en que hay cosas que no nos agradaría que nos hicieran, porque nos perjudican o no nos agradan, es una realidad.

Por ejemplo, si al salir del trabajo o de la casa se encuentra con que ya no está su carro y el lugar donde lo dejó está vacío, lo que viene a su mente es un profundo desagrado y una gran decepción, incluso puede tener miedo y entrar en una angustia. No sabe qué hacer, se siente muy afectado, está profundamente indignado y se siente impotente. Entonces, la persona siente que le hicieron un daño.

¿Por qué se siente así? Por el sentido de dignidad que tenemos, de que merecemos respeto. ¿Por qué sentimos eso? Porque todos entendemos que no es correcto tomar lo ajeno, es decir, no es bueno robar. De tal forma que cualquier persona que pase por una situación así, se siente no amado, defraudado y burlado. Por eso viene el sentimiento de indignación; tal vez el carro le costó una gran cantidad de dinero o de esfuerzo y perderlo así nada más es doloroso. Luego le viene un sentimiento de tristeza, desánimo, un deseo de justicia, incluso de venganza.

¿No te gusta que te roben? Pues no le robes a nadie, no tomes lo ajeno. La regla es muy sencilla. Otro caso, por ejemplo, es cuando su hijo le pide dinero y le dice: “papá quiero comprar algunas cosas, necesito pagar unos recibos en la escuela” y usted confiando en él se lo da. Pero resulta que al paso de los días, ese dinero no se usó para lo acordado. El muchacho se fue a una fiesta, se gastó el dinero embriagándose y comprándose cosas ilícitas, como droga.

Esto a usted le causa un gran dolor, como padre de familia se siente indignado, triste, burlado y siente que abusaron de su confianza; le da mucha tristeza ver la conducta de su hijo. ¿Por qué se siente así? Porque todos sabemos que no es correcto mentir o abusar de la confianza. Nuevamente, ese sentido de dignidad que tenemos fue burlado, afectado y pisoteado.

Tú, como padre de familia, te sentiste deshonrado, el respeto y la honra que mereces como padre no se te dio por parte de tu hijo. Te has dado a él, tratas de buscarlo, de platicar con él, de inculcarle valores morales y te sale con eso. Te sientes traicionado, sientes que no te respetaron. Todos los padres de familia saben eso porque es algo inherente a la naturaleza del ser humano: el concepto de tener una dignidad.

La conciencia, el conocimiento del bien y del mal
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