La depresión y la soledad

Venciendo la soledad

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Algunos pasos útiles con respecto a cómo vencer la soledad son los siguientes:

  • Hacer un diagnóstico del tipo de soledad y las causas
  • Conocernos bien
  • Quitar el temor de nuestras vidas
  • Tomar la iniciativa de conseguir nuevas relaciones.
  • Establecer relaciones con personas que nos pueden aportar algo
  • Evitar victimizarnos

Cuando nos encerramos en nosotros mismos estamos reconociendo nuestra propia derrota. A la mayoría, la soledad nos hace daño y nos sienta mejor tener con quien hablar, intimar y a quien querer. Hay mucha gente a nuestro alrededor con la cual podemos establecer relaciones sinceras de ayuda e interesarnos por ellas, esto nos puede llevar a sentirnos muy bien, acompañados y a tener confianza.

Es importante aprender a vencer los obstáculos que nos aíslan o nos hacen sentir soledad, también es necesario abandonar ese estado de aislamiento; estar dispuesto a romper el silencio que está sofocando el alma con ese pesar y angustia que llevan a sentirse solo, abandonado y sin esperanza.

Es importante que confiemos en que somos seres creados, no procedemos de un accidente químico, ni de una evolución biológica, sino que somos criaturas creadas por Dios. Y si Dios nos creó, nadie mejor que él para llenar nuestra soledad y nuestro vacío. Recuerda que Dios existe y es real y verdadero, él puede mostrarte una vida hermosa, limpia, en la que puedes vivir en familia, porque él hace habitar en familia a los desamparados.

¡Qué mejor familia que Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo! ¡Qué mejor familia que aquellos que aman a Dios y que puedan comprender tu soledad! ¡Qué mejor compañía que la de personas sinceras que tienen una fe real, con las que puedes compartir tus sentimientos, sabiendo que no vas  a ser traicionado ni rechazado!

Al contrario, puedes recibir consolación en tu corazón, porque Dios te habla, te das cuenta que Dios está contigo en ese desierto en que vives, en el que hay muchas cosas hermosas cuando está Dios presente, cuando enderezas lo torcido de tu vida y confías plenamente en él.

Finalmente, la soledad es fácil de superar con la ayuda de Dios, en Cristo Jesús, el cual se dio a sí mismo por nosotros, para que nosotros pudiéramos tener siempre su presencia en nuestras vidas y ser consolados por él.

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