Hecho en Casa II – El hogar, un lugar de formación

La responsabilidad de formar a los hijos es de los padres

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Además del principio científico tenemos el de las sagradas escrituras. Dice en Efesios 6:4 “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”.

En otras palabras, los padres somos responsables de criar a nuestros hijos en esa etapa tan delicada como es la adolescencia. Somos los responsables de disciplinarlos, de ayudar a que ellos aprendan a tener control sobre sus emociones, a que aprendan a leer abundantemente, a desarrollar su cuerpo saludablemente mediante el deporte, una alimentación sana, un hogar saludable.

Pero también darles los principios sagrados, enseñarlos a amar a Dios; esto traerá una estabilidad espiritual que es más profunda todavía que la emocional y que proveerá lo que la estabilidad emocional no da, como el amor, el gozo, la paz que vienen de Dios, que muchas veces los libros no proveen, o que los padres no sabemos cómo derramar dentro de nuestros hijos.

“El amor de Dios es derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado”, dice la sagrada escritura en el libro de Romanos capítulo 5.
 
Los padres de familia que son verdaderos cristianos, que son temerosos de Dios, de guardar sus mandamientos y ponen a Cristo como el primer lugar en sus vidas, entenderán todo esto en una forma sencilla y natural, porque el Espíritu Santo dirigirá los pasos a criar a sus hijos.

El padre verdaderamente cristiano entenderá que sus hijos necesitan crianza, que no es nada más darles comida, vestido y universidad, sino es establecer vínculos, comunicación, relaciones, afecto, transmitirles un ejemplo y una conducta aceptable, fomentar una atmósfera saludable en el hogar que pueda proveer para los hijos aquellas cosas que son tan importantes y tan necesarias en sus vidas.

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