Problemáticas en la familia I: Adicciones, resentimiento y adulterio

¿Qué hacer con un adicto en la familia?

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Una vez aclarado esto, vamos a tratar de responder a las preguntas que más hemos recibido. La primera es: ¿Qué hacer cuando un miembro de la familia es adicto? ¿Cómo tratarlo?
 
Hemos tratado casos donde el padre es adicto. Ésta es una situación que afecta mucho a la familia; trae mucho estrés, provoca violencia, es un factor importante para la mala economía del hogar, pues el dinero lo está gastando en el vicio.

El caso del hijo adicto, es diferente. El hijo comienza a utilizar drogas y los padres no se enteran. Con el tiempo surgen los síntomas, es ahí cuando los padres se dan cuenta que algo sucede con su hijo. Investigando, se enteran de que el joven está consumiendo drogas.

Los padres se acercan a tratar de hablar con el hijo y le dicen que no es bueno que utilice drogas. El muchacho no cede, no deja la adicción y comienza a ser un gran problema en la casa. Pide que lo dejen en paz y que no lo molesten. Comienza la fricción entre padres e hijo.

 ¿Qué se hace en estos casos? Hay que empezar a hablar claro con él. Una de las cosas más difíciles es que un adicto no reconoce su problema.

El joven comienza a tener una serie de actitudes terribles: llega a la casa a la hora que se le da la gana, no tiene límites, no obedece, etc. ¿Qué es lo que puede pasar?

Obviamente, cuando se está bajo los efectos del alcohol o de alguna droga, el comportamiento cambia. Aunque pueda haber sido una persona paciente o pasiva, cuando empieza a tomar drogas su actitud puede cambiar y volverse muy violento.

Entonces, se le trata de ayudar y se le ofrece algún tratamiento. Hay que intentar convencerlo para que recurra a un tratamiento. Normalmente, las instituciones que se dedican a la rehabilitación de adictos no reciben personas que no van con la actitud de querer ser atendidas.

Lamentablemente, cuando llegan a estar de acuerdo es porque ya están tocando fondo, ya sólo les espera la muerte. Cuando se dan cuenta que están muriendo, entran en un estado de pánico y entonces reaccionan. Tristemente, muchos ya no alcanzan a recibir el tratamiento y mueren.

Es importante tratar de convencerlos para que recurran a un tratamiento; sin embargo, hay otras maneras. Por ejemplo, puedes llevarlo a la fuerza. Hay lugares donde si los reciben así, pero hay riesgos: se pueden  amargar contra la familia, no logran salir adelante, forman un coraje, etc.

No negamos que si hay casos donde los muchachos se negaron, fueron llevados a la fuerza y salieron adelante. Sin embargo, son la minoría.

¿Qué pasa si el muchacho, de plano, no quiere entrar a una rehabilitación? Pues lamentablemente, hay que tomar medidas más fuertes.

Cortar la fuente de ingresos
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©