Cómo prevenir la obesidad infantil

Cómo prevenir la obesidad en un niño

Por: Esperanza para la familia

Hay cosas importantes que podemos hacer como padres de familia para evitar que los niños lleguen a la obesidad infantil.

Es mucho lo que se puede hacer en este sentido. No necesariamente los niños tienen que ser obesos, si se toman medidas adecuadas se puede evitar que se desarrolle esa obesidad infantil.

Voy a dar algunos puntos importantes que cualquier padre de familia puede hacer en relación a sus propios hijos para evitar eso:

a)Predicar con el ejemplo. Sabemos que el ejemplo dice más que las palabras. Muchos de los niños están formando hábitos alimenticios que sus propios padres tienen, y muchos padres tienen hábitos alimenticios inadecuados, muy ricos en grasas, carbohidratos, elevados en calorías, y tienen también problemas de obesidad.

Para poder enseñar a los niños, el primer punto es que los padres lleven una vida saludable, manteniéndose en un peso adecuado y correcto, poniendo límites a lo que ingresa en su boca.

b)Enseñar al niño a no compensarse ni gratificarse con la comida. Que aprendan a no ver la comida o los dulces como premios a su comportamiento, sino que es importante enseñarles que es necesario comer para vivir, simple y sencillamente.

Es necesario comer una dieta adecuada para tener una buena salud, pero no caer en el error de que la comida, los dulces y postres formen parte de la mentalidad del niño como recompensa o gratificación.

Si se hace eso, el niño entra en un contexto de no poner límites a su apetito y deseos, y eso va a favorecer la obesidad infantil.

c)Tener siempre en casa fruta o verdura, para que el niño pueda tener fácil acceso a ella en caso de hambre. Si sé que mi hijo habitualmente pide algo de comer en la tarde, es importante tener fruta o verdura para podérsela ofrecer y no estar comprando chucherías en la tienda, cosas que francamente no alimentan, ni son buenas para llevar nutrientes a nuestro organismo.

Muchos niños comen a media mañana o tarde alimentos que no nutren para nada pero que sí engordan. Eso es un grave error en la alimentación de los niños, es muy frecuente ver eso.

Como médico pediatra me es muy frecuente ver madres que tienen a sus hijos ahí, muy tranquilos en el consultorio, pero porque les compraron ciertos fritos, dulces o pastelillos. Eso es un procedimiento equivocado que lo único que hace es favorecer a la obesidad infantil.

Cambiar las frituras, postres y pasteles por fruta o verdura será una medida excelente para la alimentación de nuestros hijos, así como enseñarles a tomar agua en vez de refrescos.

Es importante enseñar a nuestros hijos a comer alimentos sencillos. El agua simple es excelente para el cuerpo, para quitar la sed y es bueno habituarnos a ella.

d)Motivarlos a desarrollar alguna habilidad física. Los niños normalmente andan jugando; pueden jugar algún partido de fútbol, pueden correr, saltar y todo eso está bien, pero es muy recomendable ayudar a los hijos a enrolarse en una actividad física programada.

Es decir, que practiquen de forma seria algún tipo de deporte, el salir a caminar, correr, natación, etc., donde el cuerpo se esté ejercitando y esté gastando también las calorías que a lo largo del día ha adquirido. La actividad física es muy importante.

e)Instruirlos sobre la buena alimentación. No se debe caer en el error de prohibirles los alimentos altos en calorías, sino enseñarles que el exceso de ellos les causará problemas.

Es importante hablar de este tipo de alimentos con los niños y decirles que se puede comer eso, pero que si se come en exceso habrá consecuencias y será el tener obesidad.

No caer en el error de prohibir tajantemente los alimentos ricos en calorías, pero sí enseñarlos a consumirlos de manera moderada y en lo posible evitarlos, sin caer en una prohibición.

No te lo recomiendo, porque de una u otra forma los niños en la escuela podrán estarlo comiendo sin que tú te des cuenta, y si en lugar de eso les hubieras enseñado quizá hasta lo hubieran evitado ellos mismos.

f)Vigilar que los niños no desarrollen otro tipo de actividad mientras están comiendo. Por ejemplo, ver televisión. Es muy frecuente en algunas familias ver televisión mientras se come. Eso se condiciona a que siempre que el niño vea la tele, querrá estar comiendo algo, y eso favorece que el niño esté comiendo sin necesidad de suplir el hambre real o necesidades del cuerpo, sino que haya un condicionamiento: televisión-comida.

Por otro lado, se ha visto que cuando las personas ven televisión, hay una tendencia a ingerir mayores cantidades de comida.

Busca que cuando tu hijo esté comiendo, evite otro tipo de actividades, juegos en la mesa, televisión, etc. Si es hora de comer hay que comer y eso es lo más saludable para los niños. Forma hábitos alimenticios adecuados y correctos, que aprendan a respetar el horario de la comida.

g)No obligarlos a ponerse a dieta, sino darles los argumentos para que se convenzan por sí mismos. Que ellos sean fortalecidos para tomar voluntariamente la decisión de evitar cierto tipo de alimentos.

Para poner a dieta a un niño siempre será importante un asesoramiento médico, para no quitar el tipo de alimentos que sí le son necesarios por su etapa de desarrollo y crecimiento en la cual está.

No es lo mismo poner a dieta a un hombre de 35 o 40 años, que a un niño de 7 u 8 que tiene obesidad; no se puede aplicar el mismo criterio en uno y otro caso.

Incluso a los adultos que se ponen a dieta les es importante que un médico lo supervise para evitar ciertas descompensaciones o alimentación inadecuada, eso es más importante en relación a los niños.

Estoy de acuerdo en que ciertos niños necesitan algún tipo de dieta pero lo que es importante entender es que no es cualquier tipo de dieta la que se debe aplicar a un niño.

Aprendamos a comer saludablemente
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