Por: Dr. Salvador P. Cárdenas

Obviamente, debe tratarse la depresión, ya que ésta es la causa que lleva a los jóvenes a autodestruirse.

Los períodos de ánimo deprimido son comunes en la mayoría de los adolescentes, sin embargo, las relaciones interpersonales de ayuda y las habilidades de adaptación saludables pueden ayudar a evitar que dichos periodos conduzcan a síntomas depresivos más severos.

O sea, es prácticamente inevitable que el adolescente no se deprima en algún momento, pero si los seres queridos y la familia lo ayudan, le dan palabras adecuadas, lo hacen ver que él es importante para la vida, para la familia, entonces se puede evitar que esos estados depresivos tan frecuentes en la adolescencia se hagan perpetuos en la vida del adolescente, que eso sería lo trágico y lo que pone en riesgo realmente el estado emocional del adolescente.

La comunicación abierta con el adolescente puede ayudar a identificar la depresión a tiempo. Es un deber sagrado tener un diálogo abierto con él; con esto no me refiero a un evento aislado en la vida, me refiero a que sea lo habitual en la vida.

Si tienes hijos adolescentes, es momento de platicar frecuentemente con ellos, hacerte amigo de ellos. También cuando son niños o más pequeños de edad, siempre es necesario estar cerca de los hijos, pero en la etapa de la adolescencia este punto se vuelve especialmente necesario: estar teniendo frecuentemente pláticas con ellos, no pláticas formales sino pláticas de amigos, pláticas informales en donde tú puedas estar conociendo el estado emocional de tu propio hijo.

El asesoramiento puede ayudar a los adolescentes a sobrellevar los periodos de estado de ánimo bajo. Prácticamente es imposible que el adolescente no pase por desánimos o tristezas, pero si se le está hablando y asesorando acerca de esas circunstancias él puede sobrellevar bastante bien esos periodos.

Hay una terapia que se le conoce como terapia cognitiva; no es farmacológica y ha demostrado ser bastante eficiente para ayudar a los adolescentes a vencer esos pensamientos y estados de ánimo que lo deprimen.

La terapia cognitiva del comportamiento enseña a las personas deprimidas a combatir los pensamientos negativos y a reconocerlos como síntomas, y no como la realidad de su mundo.

En otras palabras, el joven a través de este tipo de terapia puede aprender a quitar esos pensamientos negativos que le llegan, como: “tú no sirves para nada en la vida”.

Ese pensamiento puede ser frecuente en la vida del adolescente, pero no corresponde con la realidad, porque sabemos que para algo servimos en la vida, que todos tenemos algo que dar en la vida, todos tenemos algo que ofrecer, algo en que podemos ser útiles; sin embargo, ese pensamiento puede llegar frecuentemente a la vida de la persona, y si el joven no sabe quitarse esos pensamientos frecuentes de la cabeza y lo toma como si eso fuera la realidad de su vida, pues definitivamente se va a deprimir.

Con esta terapia cognitiva no me estoy refiriendo a ese positivismo que no lleva a nada, a eso que dice la gente que “yo siempre quiero ver que no hay problema, yo quiero siempre ver que todo es bueno, que todo es correcto” . Ese es un extremo y es una falsa forma de enfrentar la vida porque no es la realidad. Lo cierto es que sí hay problemas, hay momentos complicados, y existen ciertos pensamientos negativos que llegan a la mente del adolescente.

Hay que buscar a las personas adecuadas para este tipo de terapia pues no cualquier persona sabe conducirla.

Es posible que los episodios de depresión no se puedan prevenir en adolescentes con fuertes antecedentes de depresión en la familia o con múltiples factores de riesgo, peor la identificación oportuna y el tratamiento rápido e integral pueden prevenir o posponer los episodios posteriores.