Por: Dr. Salvador P. Cárdenas

A menudo es difícil diagnosticar la verdadera depresión en la adolescencia y esto se debe a que su comportamiento normal como adolescente se caracteriza por variaciones del estado de ánimo, con periodos en donde se alternan momentos de mucha alegría y momentos de mucha oscuridad emocional.

El adolescente en un momento puede decir: “este mundo es un sitio maravilloso, qué hermosa es la vida, estoy muy feliz, estoy muy contento, papá, mamá, estoy muy feliz” . Y el mismo día o al día siguiente puede decir: “la vida apesta, esta vida no tiene sentido, todo está mal, hay muchas injusticias, mira como me tratan, mira como es mi relación con ustedes que son mis padres, mira cómo me llevo con mi hermano” . Son momentos típicos de la adolescencia.

Naturalmente el adolescente puede pasar en un mismo día o en una misma semana de estados de gran alegría a estados de una visión totalmente pesimista de la vida y esto puede enmascarar o diagnosticar equivocadamente un estado depresivo. La depresión en los adolescentes es diferente a esos estados que acabo de mencionar.

Pero esa realidad de los adolescentes en donde frecuentemente están pasando de un estado de alegría a un estado de pesimismo, hace difícil a veces diagnosticar cuando estamos ante un caso real de depresión del adolescente.

Debemos tomar en cuenta que la adolescencia es una etapa por sí misma difícil y conflictiva. Quienes somos adultos hemos pasado por ahí y debemos de recordar que tiene su complejidad esa etapa.

Por otra parte, debemos además tomar en cuenta otros aspectos como el rendimiento escolar inestable, las relaciones caóticas con la familia y amigos, el abuso de sustancias tóxicas y otros comportamientos negativos, ya que pueden indicar un episodio depresivo severo y serio.

Estos síntomas pueden ser fáciles de reconocer, pero la depresión en los adolescentes con frecuencia se manifiesta de formas muy diferentes a esos síntomas clásicos.

Hay otros datos entonces que debemos de tomar en cuenta y que también nos deben de poner en un contexto de alerta cuando los veamos ya que pueden ser síntomas de un estado depresivo:

El exceso en el dormir es un dato muy importante en la adolescencia; cuando un adolescente duerme en exceso frecuentemente, es posible que estemos ante un adolescente deprimido.

Cuando hay cambios en los hábitos alimenticios también es un dato muy importante, incluso también el comportamiento criminal como el hurto puede ser un signo de depresión; muchas veces solamente lo vemos en un contexto de criminalidad, lo cual así es pues siempre robar será incorrecto, sin embargo puede ser una evidencia de que se trate también de un estado depresivo en esa persona.

Otro síntoma común de la depresión en el adolescente (muy importante por cierto), es que el adolescente esté obsesionado con la muerte . Aquí hay dos puntos qué entender en relación a la muerte: una es, que la muerte se convierta en una obsesión en el sentido de que el joven esté hablando frecuentemente del suicidio porque quiere experimentar, quiere saber qué es eso, qué se siente y entonces se obsesiona con pensamientos acerca de la muerte y vienen pensamientos de suicidio a la vida del adolescente; tenga cuidado porque puede llegar a cometer suicidio ese joven.

Por otro lado también, un dato indirecto de depresión es que el adolescente tenga temores fuertes y constantes acerca de la muerte y del mismo hecho de morir, en otras palabras, no es normal que un adolescente esté preocupado por la muerte, lo normal es que un adolescente esté preocupado por otras cosas.

Entonces hay síntomas clásicos y hay síntomas no tan clásicos que también son ciertos en la depresión del adolescente, y debemos de estar entendiendo todo esto para por una parte no diagnosticar inadecuadamente un estado depresivo, pero por otra parte, la cual pudiera ser más peligrosa, ignorar ese estado depresivo que sí existe pero que nosotros no sabemos reconocer esos datos que nos están indicando que hay un joven con depresión.

Por otra parte, las niñas, las jovencitas, presentan el doble de posibilidades de experimentar depresión que los niños. Este es un dato estadístico muy importante, es decir, que es más frecuente ver jovencitas adolescentes deprimidas que jóvenes adolescentes deprimidos: por cada 50 jóvenes adolescentes deprimidos hay 100 jovencitas adolescentes deprimidas, hay una presentación doble en el sexo femenino en relación al sexo masculino.

Entre los factores de riesgo que afectan particularmente a las jovencitas, se encuentran eventos de la vida que generan estrés; en particular la pérdida de un padre, el divorcio, un abuso infantil (que es más frecuente en las niñas que en los niños), falta de habilidades sociales, enfermedad crónica y antecedentes familiares de depresión, etc.