Por: Profr. Juan Carlos Díaz

En la adolescencia hay un área que en ocasiones es muy ignorada, y es el área espiritual. A pesar de que el adolescente pudiera aparentar una cierta indiferencia hacia lo espiritual, no es así, son muy sensibles a lo eterno, a lo que hay más allá y de hecho, están muy preocupados con lo que hay después de la muerte.

Uno puede observar cómo los adolescentes van a los velorios y están mirando, están muy atentos, quieren observar a la persona que murió, tienen preguntas, dudas, inquietudes, porque están abriendo los ojos y también su capacidad intelectual y cognoscitiva les hace preguntarse mucho acerca de lo espiritual, el más allá, qué hay después de la muerte.

En ocasiones les dará vergüenza preguntar, pero es algo que ya nace de su interior y ahí también los padres deberán aprovechar toda oportunidad para poder inculcar la fe en Dios y los principios morales que Dios ha establecido.

Si contemplamos la cultura judía, podemos aprender de ésta área: los adolescentes cuando cumplen 12 años de edad y los varoncitos 13 años de edad celebran una fiesta, una fiesta que es muy importante para ellos que se llama el barnits ba que significa “el hijo de la ley o el hijo del juicio”, esta fiesta es para conmemorar que el adolescente está dejando de ser niño y está comenzando a asumir responsabilidades delante de la sociedad y delante de Dios.

Después de ésta fiesta, los adolescentes judíos adquieren derechos, pero también responsabilidades, y esto viene precisamente porque en esa etapa el adolescente ya tiene mayor capacidad de tener un concepto de lo que es Dios, de lo que es la moralidad, de lo que es el bien y el mal y tiene el desarrollo de la voluntad para comenzar a tomar decisiones en cuanto a su propia persona y entonces comenzará a ser responsable de todas las acciones, decisiones y expresiones que salgan de él.

Quiero terminar este programa leyendo un pasaje que se encuentra en el libro de Eclesiastés 11:9 y dice:

“Alégrate joven en tu juventud y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos, pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita pues de tu corazón el enojo y aparta de tu carne el mal porque la adolescencia y la juventud son vanidad. Acuérdate de tu creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos y lleguen los años de los cuales digas: no tengo en ellos contentamiento”.

Aquí nos habla la Escritura acerca de la posición del adolescente ante los ojos de Dios, dice: Anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos, pero sabe que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.

De acuerdo a la Escritura, el adolescente comienza a ser agente de juicio, es decir, ya puede ser juzgado por sus actos, ya puede ser considerado como una persona responsable de sus decisiones, por lo tanto uno como padre de familia es necesario que prepare a los hijos para esta etapa, porque comienza un periodo nuevo en el cual él ya será responsable de lo que haga ante los ojos de Dios, por lo cual, uno como padre de familia deberá preparar a los niños para que puedan llegar a esta fase con estabilidad, con principios, con normas, con valores y con la formación de un carácter que les sea más sencillo el poder pasar por esa transición de una manera adecuada.

Y no solamente prepararlos para esta fase, sino también acompañarlos durante la adolescencia, estar cerca de ellos, tener buena comunicación, tener buen vínculo con ellos, ganar su confianza a fin de que podamos tomarlos de la mano y ayudarlos en el momento que ellos lo requieran.

Esperamos que estos consejos y estos principios que hemos aprendido el día de hoy nos sean de utilidad para poder trabajar con nuestros hijos para dejar las bases de lo que ellos serán el día de mañana.

Gracias por su atención, hasta la próxima.