¿Por qué es necesario un padre? - Parte II

Los padres son los forjadores del destino

Por: Dr. Salvador Cárdenas

Por otro lado, los niños que se crían con su padre, que llevaron una relación cercana con él, son menos susceptibles a ser violentos. ¡Qué interesante es este dato! También pueden confirmar su masculinidad y aprender de sus padres a canalizar positivamente esa masculinidad y fuerza.
El padre puede ayudar a su hijo a entender más cabalmente lo que es la sexualidad masculina apropiada, la higiene, y qué conducta es adecuada a su edad.

Cuando el padre está cercano a su hijo varón, también puede enseñar respeto por el sexo opuesto. Los estudios nos muestran repetidamente que los padres varones casados tienen menor probabilidad de maltratar a su esposa o niños en comparación con otros hombres. Esto significa que las niñas y niños que viven en un hogar bien constituido tienen mayores probabilidades de aprender mediante la observación, cómo debieran tratar los hombres a las mujeres, algo que hace muchísima falta en países como el nuestro, donde existe tanta violencia por parte de los hombres creyendo así que son “más hombres”, erróneamente.

Por lo tanto es más probable que las niñas que tienen un padre que participa en su vida, seleccionen un buen candidato para que sea su marido, porque han tenido un buen modelo según el cual juzgar a los candidatos y ciertamente el padre también puede ayudar a descartar a los malos candidatos.

Que difícil es equivocarse y casarse con la persona no correcta, es decir existen errores menos costosos, pero qué triste es equivocarse a la hora de escoger marido, con el que vas a pasar el resto de tu vida. Cuando la hija tiene un padre cercano, aprenderá a valorar cuáles son las virtudes de un verdadero esposo y también aprenderá a ver en su padre qué defectos debe evitar y poder entonces tener una mejor elección al momento que se vaya a casar.

Los niños que se crían con su padre y que él está cercano a ellos, seguramente se convertirán en mejores maridos, puesto que pueden imitar los aspectos positivos de su padre y aprenden de sus puntos débiles.

Otro punto muy importante es la facilidad que el padre varón tiene para conectar a su hijo con la vida laboral, con el trabajo. Un punto crucial de la vida es la transición de la dependencia a la independencia económica, es decir, cuando son pequeños, ellos dependen por completo de sus padres, sin embargo llega una etapa de la vida en la que lo correcto es que empiecen ellos a tener cierta independencia económica, esto normalmente ocurre en un proceso gradual y aborda principalmente la etapa de los 16 a los 22 años de edad.

El padre puede ayudar a que sus hijos, en especial los varones, se acerquen, se conecten con los mercados de trabajo, a medida que avanzan hacia la edad adulta, a menudo también tiene contacto de diversa índole en la comunidad que puede servir para ayudar a los jóvenes a obtener su primer trabajo. Claro si el padre es amigo de su hijo, está cercano a él, puede ayudarle a conseguir trabajo, tal vez de medio tiempo o por periodos vacacionales, dependiendo de la necesidad económica de la familia, pero si es muy importante para que así se vaya formando un carácter,  la responsabilidad, una actitud ante la vida.

Por lo contrario, nos damos cuenta de casos que el joven llega a una edad adulta, tal vez 30 años, y qué triste es ver que todavía depende económicamente de sus padres.

Por todo esto los padres que participan  en la vida de sus hijos, en especial los padres biológicos brindan beneficios positivos a sus hijos que seguramente nadie más puede ofrecer. Tú eres el adecuado para hacer estas cosas con tu hijo.

Además los padres realizan aportes considerables a la vida de sus hijos por otro lado los niños se ven empobrecidos en su desarrollo cuando se les niega el amor de su padre.

Muchos estudios concluyen que los niños que tienen a un padre motivado y que participa en su educación, en relación a niños cuyos padres son menos activos, tienden a ser personas más competentes en el aspecto cognoscitivo y social, menos inclinados a menospreciar a otras personas por su sexo o edad, demuestran más empatía, más compasión y son más adaptables desde un punto de vista psicológico; son personas que saben adaptarse a las diferentes circunstancias que este mundo nos pone delante de nosotros. Aquellos padres que están ausentes, generan niños poco tolerantes a la frustración, poco tolerantes al estrés, al fracaso, en cambio aquellos niños cuyos padres son cercanos, son niños que son más tolerantes y que se adaptan a los diferentes contextos del diario vivir.

Dios quiere que seamos buenos padres
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