Aprendiendo a perdonar - Parte I

¿Qué pasa cuando no perdonamos?

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

a) Se produce rencor: Cuando no perdonamos, la consecuencia natural es el rencor. En lugar de sentir amor hacia la persona que nos ha lastimado, sentimos rencor o sea, un sentimiento profundo y amargo, un coraje, y empezamos a tener una mala intención hacia la persona que nos ofendió.

b) Se genera enemistad: Es decir, tenemos una sensación muy particular hacia la persona que nos ha lastimado, o sea, un estado de mala voluntad profundamente arraigado. Cuando vemos a esa persona no pensamos bien de ella, nos sentimos lastimados con el solo hecho de verla, amargados, recordamos que le hicimos mucho bien, puede ser un hijo, un esposo, un padre, y a cambio recibimos mucho mal, y decimos:

“¿Cómo es posible, si yo dediqué mi vida entera para servir a mi esposo y me traiciona con otra persona? ¿Cómo es posible, si yo dediqué mi vida entera para criar a mis hijos, y este hijo me paga así de esta manera tan mala? ¿Cómo es posible que mi padre haya abusado de mí sexualmente cuando yo realmente lo veía como un padre, lo respetaba y ahora vivo un conflicto psicológico terrible? ¿Por qué cuando mi esposo se acerca a querer tener una relación conyugal conmigo soy fría y lo rechazo? ¿Por qué me acuerdo de aquello que me hizo mi padre, y eso ahora está destruyendo mi matrimonio? ¿Cómo es posible?”

Cuando una mujer que ha sufrido adulterio decide perdonar a su esposo, en ese instante ella es libre de ese sentimiento de amargura y coraje hacia él, le extiende el perdón y siente compasión por él, incluso llega a darse cuenta de las causas que lo orillaron al adulterio: la falta de afecto, de cariño, de comprensión, de no saber ser amigo de su esposo, estar todo el día discutiendo ella con él, quizás fue una mujer que no le gustaba arreglarse, era muy fachosa, no le daba cuidado a su arreglo personal, era una persona amargada, que no le gustaba recibir cariño ni afecto, y su esposo de pronto, en la oficina conoce a una mujer que le gusta platicar con él, lo escucha y se preocupa por sus problemas. Es ahí cuando la esposa alcanza a ver otro aspecto en su esposo, decide perdonarlo y es libre del odio hacia él.

c) Nos volvemos personas hostiles: No perdonar crea en nosotros una sensación usualmente de enemistad, antipatía hacia la persona que nos lastimó, y ese sentimiento de mala voluntad se hace muy arraigado, pude hacer brotar ira y es cuando nos desesperamos y empezamos a dejar explotar ese coraje, esa ira intensa por el mal que recibimos.

Podríamos decir que nos volvemos personas con cólera, con furia, rabia, ira, venganza, indignación, etc., y nos sentimos muy mal. Empezamos a hablar mal de las personas que nos han ofendido, empezamos a tener pensamientos maliciosos, no les deseamos el bien, a veces cuando sufre la persona que nos lastimó nos da gusto, a veces lo molestamos, y estamos como si trajéramos dentro de nosotros una herida que sangra frecuentemente, porque nos acordamos del mal que hemos recibido, estamos muy concientes de ello y no lo podemos olvidar.

El rencor es un veneno mortal
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