ˇUn grito de angustia!
 

Sintiendo desesperación
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Hoy continuaremos con la segunda parte del tema los rostros ocultos del suicidio.

Elizabeth hoy se siente más desesperada que nunca, su madre se encuentra enferma del corazón y al borde de la muerte, su hijo abandonó la escuela porque no quiere obedecer, su padre murió hace poco y grandes problemas le han sobrevenido a raíz de su divorcio; hoy ha perdido el empleo.

Este no es un caso ficticio, es uno de la vida real. Ella, una madre que en su adolescencia experimentó el ser madre, hoy se encuentra sumergida en una gran depresión y hay un grito de angustia que brota de su propia alma: “¿por qué, por qué hoy me pasa esto? ¿Cómo me puede estar ocurriendo esto?”
Sus preguntas en medio de lágrimas llenan sus rezos de oraciones durante la noche. “¿Por qué es que yo hago lo correcto y no hay alivio? ¿Cómo se permite que esto me suceda?

Algunas veces las personas se cuestionan una y otra vez estas preguntas y no encuentran respuestas, se sienten olvidadas, solas en su lucha y sienten un grito de angustia de su propio interior.

Hoy vamos a hablar de los rostros ocultos de suicidio y de por qué la gente cuando se encuentra ante un imposible, en vez de luchar y superar la situación, obteniendo fuerzas y recursos, muchos se sienten hoy incapaces e inútiles ante esa situación intolerable y difícil de vivir.

Hoy  quisiera dar algunas sugerencias para aquellas personas que les cruza por la mente la idea de quitarse la vida, a aquellos que se sienten desesperados e incapaces.

Tú puedes. Aunque te sientes con un peso demasiado fuerte por tus propios sentimientos. Quiero decirte que los sentimientos se pueden controlar: la ira, la culpa, la confusión, la falta de perdón, etc. Todo se puede controlar, tú puedes lograr superar eso en tu vida.

No es que estés loco, simplemente estás atravesando un mal momento en tu vida, sientes dolor, te sientes como si estuvieras de luto: triste.

Necesitas ayuda
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©