Heridas Emocionales
 

La medicina más eficaz: el perdón
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

¿Cuál es la respuesta para que esas heridas emocionales sean sanadas?
El perdón.

El perdón es algo con lo cual debemos aprender a vivir, es una actitud que debemos tomar en la vida porque en este mundo las relaciones pueden dañarse, puedes recibir distintas heridas de distintas maneras y ser afectado.

Lo contrario al perdón es el odio. Solamente los hombres que están llenos de compasión serán capaces de perdonar el daño que han recibido. Cuando no perdonas es como si llevaras una llama interna que se enciende frecuentemente y que va quemando y destruyendo tus emociones.

El miedo y el odio son muy cercanos. Cuando tú odias a una persona que te ha lastimado y cuando no puedes verla, cuando esa persona se ha involucrado tanto en tus sentimientos de tal manera que influye en tu mente, tienes pesadillas, recuerdas el pasado. Eso es odio y amargura. Pero también sientes miedo al encontrarte con la persona. Te vuelves una persona atrapada por el miedo.

A veces sientes inquietudes excesivas, fastidios. A veces te vuelves quejoso, te enojas e irritas. Sientes dolor ante una pérdida, sientes angustia, congoja. Sientes que tu alma grita con dolor, sientes como si el alma se te rompiera en mil pedazos. Esto es porque llevas dentro de ti odio, rencor o amargura.

La escritura dice en Proverbios 14: 13: “Aún en la risa tendrá dolor el corazón.” Y aunque puedes experimentar alegría y momentos de gozo, muy en el fondo de tu corazón siempre vuelve el recuerdo del daño que has recibido. El miedo a recordar las cosas y enfrentarte está ahí.

A veces el dolor puede ser extremo. A veces el dolor es ocasionado por la pérdida de amigos, por el infortunio o desventura, por un fracaso económico, por la traición de algún socio en tu negocio, por la falta de provisiones, por la calamidad que viene sobre tu vida. Por algo que te aflige o por las deudas económicas.

Job 15: 24 dice: “tribulación y angustia le turbarán y se esforzarán contra él como un rey dispuesto a la batalla.”

¿Vives tú en tribulación? ¿Vives en angustias?

Cuando no perdonas y estás dispuesto a olvidar el daño recibido de corazón, la tribulación y angustia se esforzarán contra ti tal como un rey cuando está dispuesto a la batalla.

Cuando hay guerras, tú sabes que ambos ejércitos se disponen a la batalla y hay ataques continuos de una parte y otra. Así también la tribulación, es decir, la angustia y el dolor, te estarán aterrorizando.

Vencidos por el dolor
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