Ser padre III - La Gran Necesidad de tus Hijos
 

¡Conviértete en un verdadero padre!
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Quiero aplicar las preciosas palabras de Dios. El verdadero padre se compadece de sus hijos, tal como lo enseña el Salmo 103:13 “Como el padre se compadece de los hijos…”.  En Proverbios 4:2 dice: “Oíd, hijos, la enseñanza de un padre…”. Según la Palabra de Dios, un padre verdadero enseña a sus hijos cosas productivas, los enseña a refrenarse de sus propios deseos y a buscar las cosas buenas.

Tal como dice Proverbios 13:1 “El hijo sabio recibe el consejo del padre…”, el padre es llamado a aconsejar a sus hijos, pues si algo necesitan son tus consejos sabios.

En Jeremías 3:4 dice: “A lo menos desde ahora ¿no me llamarás a mí padre mío, guiador de mi juventud?”. El padre es alguien que guía al hijo en su adolescencia y juventud, etapas en las que hay cambios hormonales, emocionales y un gran desarrollo del cerebro en diferentes áreas, tales como el sistema límbico de las emociones y el sistema frontal de las decisiones. Si el padre no está guiando el desarrollo normal de su hijo, éste llegará a la etapa adulta con serios problemas.

Te hago un llamado al arrepentimiento real, a que cambies si tu forma de ser padre no ha servido a tus hijos y no estás levantando hijos felices, productivos y obedientes. La Escritura dice acerca de Dios que “él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos”.

Dios te hace un llamado a que cambies y vuelvas tu corazón hacia tus hijos, que ellos sean el centro de tu vida, después de Dios. Abandona tu conducta egoísta de macho y golpeador insensible que maltrata a sus hijos y esposa, que trata de imponer su autoridad mediante la fuerza; abandona esos vicios que corrompen a tus hijos, esas palabras que hieren y lastiman y esos caminos de muerte que están destruyendo tu hogar.

Imitemos el ejemplo de Dios, “porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquél que en él cree no se pierda, más tenga vida eterna”.
Dios dio lo mejor como padre: a su hijo Jesús, el cual murió en la cruz para salvarte de tus pecados y de esa forma de vivir. Él quiere arrancar de tu corazón el odio que sientes por no haber tenido un padre que te enseñara, aconsejara y diera afecto y cariño. ¡No te preocupes! ¡Sí hay esperanza! Dios, el Padre, está deseoso de mostrarte Su amor y Su misericordia, de cambiarte y enseñarte el camino y de darte el amor, la sabiduría y el consejo que necesitas para ayudar a tus hijos.

Nadie está preparado para ser padre. Se necesita estudiar y actualizarse en el papel de padre, para lo cual hay libros excelentes en el tema. Pero lo más importante es volvernos a Dios. En Santiago 1:17 dice: “Toda buena dádiva y todo don perfecto, desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza ni sombra de variación”.

La lluvia y el sol descienden de lo alto y ayudan a que el grano crezca y nos alimente; de arriba vino Jesús para darnos vida eterna, el don más maravilloso que Dios nos ha dado; pero también de él viene la sabiduría y la capacitación para ser padres reales.

Ser padre no es una opción, es una necesidad. Durante los últimos 20 o 30 años se ha investigado intensamente el papel de ser padre y, ¿cuál es el resultado? El resultado es que el papel de ser padre es muy importante para el desarrollo emocional, cognitivo, físico, mental y espiritual de nuestros hijos. Queremos hijos que puedan superar la crisis y las presiones que enfrentan en este mundo, que anhelen estar en el hogar y encuentren en él el lugar más maravilloso del mundo.

Hace poco tuve la oportunidad de experimentar una comida al aire libre con mis hijos y yo les decía: “¡Qué hermoso es tener una familia”. Mi hijo varón me respondió: “¡Papá, yo siempre hablo de mi familia, me enorgullezco de mis padres y mis hermanos y del amor que me prodigan!”. ¿No es maravilloso que un hijo adolescente haga tal declaración? Esto también lo puedes lograr tú.

Es cierto que tenemos muy poca preparación para ser padres, vivimos días de afán, ansiedad y agotamiento físico y mental como nunca antes. Pero, ¿para qué llevar esa atmósfera tan destructiva al hogar? Al contrario, el amor es el compromiso que nos lleva a ver por los demás y cuando vemos por nuestros hijos nos olvidamos de nosotros mismos y ponemos nuestra confianza total y absoluta en Dios, para recibir de él la preparación y ayuda para dirigir a nuestros hijos.

Ser padre no es solamente traer hijos al mundo; es criarlos, educarlos, aconsejarlos, ser apoyo y soporte para ellos y ser un ejemplo a seguir. ¿Qué modelo están tomando tus hijos? ¿Las drogas, el alcohol, el sexo promiscuo? ¿O un padre ejemplar?

Lo más importante es reconocer que no sabemos ser padres, cambiar nuestra forma de ser y volver nuestro corazón hacia nuestros hijos; Dios está dispuesto a ayudarte. ¿Deseas ser padre? Tus hijos te necesitan.

Ser padre, la tarea más maravillosa del mundo.

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