La viudez
Cómo superar el duelo
 

Acoplándonos al cambio
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

La vida de los seres humanos está llena de cambios y esos cambios dan miedo a la mayoría de las personas.

Nadie desea un cambio porque eso implica cambiar maneras de pensar, cambiar hábitos, cambiar una cierta estabilidad que se ha tenido durante cierto tiempo y a la cual uno se acostumbra.

Cuando se presenta el cambio en tu vida y ahora vives en viudez, implica modificar muchas otras cosas en tu estilo de vida. Eso puede traer un sentimiento de angustia que te puede paralizar; lo importante es no hacerle caso al sentimiento y hacer lo que se debe hacer.

No se trata de que usted se vuelva insensible o ajeno al evento que acaba de pasar, pero tampoco se debe dejar llevar por los sentimientos de tal manera que éstos no le permitan seguir la vida.

Este es el énfasis que quiero hacer: usted debe entender que si bien dependía de esa persona, también usted es una persona independiente que se puede valer por sí misma.

No se deje amedrentar por el miedo o por las circunstancias que esta viviendo. A lo mejor usted puede decir “es que yo no sé trabajar y toda mi vida dependí de él.” Bueno, pues a lo mejor va a tener que aprender a trabajar. Si tiene hijos pequeños será muy difícil pero va a tener que formar carácter y hacerse un hábito.

La muerte de un cónyuge no se puede resolver, pero sí se pueden resolver las situaciones difíciles por las que usted pasa.

Se debe aceptar ese cambio que quizás llegó de una manera inesperada y violenta. Hay casos en los que las personas estaban enfermas y usted veía que tarde o temprano se iban a morir.

Pero hay veces que llega la muerte cuando menos se esperaba; a lo mejor tenía la persona 40 o 50 años y nadie esperaba que a esa edad se muriera. Lo más deseable y lo que más se anhela es que las personas mueran cuando están en la edad adulta.

Según las investigaciones que se han hecho, las personas adultas se aferran mucho a la vida y no quieren morir porque consideran que tienen muchos compromisos y muchas cosas que hacer.

Increíblemente los niños aceptan su muerte con mayor facilidad que los ancianos. Por el contrario, a una familia le es más fácil aceptar la muerte de un anciano que de un niño. Por lo general, cuando la persona es anciana, pues, la familia lo entiende.

Ellos tienen el concepto de que es normal que los ancianos se mueran primero porque ya son grandes. Pero a una familia le es prácticamente imposible aceptar que un niño se muera y batallan mucho en sobreponerse a eso.

Incluso hemos conocido casos en los que la mujer se embaraza y pierden al niño y después no se quieren volver a embarazar porque tienen mucho miedo porque sufrieron mucho.

La aceptación
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