Por: Ing. Gilberto Sánchez

Es indispensable explicar de manera preliminar qué es el matrimonio y cómo surge éste, para luego entender con más conciencia lo que son los efectos del divorcio:

Cuando dos personas se conocen, conviven un tiempo, platican, salen juntos para conocerse, ver sus gustos, platicar sus metas, sus necesidades y sus deseos en la vida, se  da lo que se conoce como noviazgo.

Ésta es una etapa en donde las personas se conocen con el único propósito de ver si congenian para poderse casar.

Una vez que las personas se dan cuenta de que sí desean compartir el resto de sus vidas juntos, se casan e inician lo que se conoce como el matrimonio, lo cual podemos resumir como un “pacto de compañerismo”.

En otras palabras, cuando dos personas se casan, su principal objetivo es hacerse compañía mutua, es estar juntos, compartir las metas, enfrentar los problemas juntos, celebrar las victorias, llorar y consolarse en las derrotas; pero el punto medular es estar juntos porque se aman.

Al estar juntos, forman una familia. Después llegan los hijos para pasar a ser parte del compromiso mutuo del compañerismo.

Resaltemos que papá y mamá quienes son amigos, no dejan de ser esposos a la llegada de los hijos. Si bien es cierto que los hijos necesitan mucha ayuda y cariño, no por eso el esposo y la esposa pasan a un segundo término.

Los esposos están en el primer término, pero juntos harán partícipes a los hijos de ese compañerismo, de esa amistad, de ese apoyo.

Los hijos empiezan a sentir esa presencia y calidez. Ven a papá que es responsable, que les provee lo necesario, lo ven como una protección, alguien a quien acudir en momentos de necesidad, alguien con quien jugar, a quien preguntarle las dudas.

Igualmente ven a mamá como una mujer que los sirve, que los entiende, que los guía e instruye, y platica con ellos.

Este es el ambiente ideal en un matrimonio y en una familia: hay armonía, amor y respeto.