Por: Ing. Gilberto Sánchez

La familia es la base de la sociedad, por lo tanto hay que cuidarla y protegerla estableciendo un ambiente de respeto, amor y cariño entre todos los integrantes de ella, para que así los hijos puedan crecer de una manera saludable, completa y placentera.

Si bien, en nuestra organización Esperanza para la Familia, A.C. no es nuestro deseo que la familia termine con un divorcio; lo cierto es que, existen casos tan graves como el incesto o el maltrato, que no es posible garantizar una vida saludable ni plena para los integrantes de una familia, más que con la separación definitiva de alguno de los cónyuges.

Asimismo, lamentablemente son muchos los casos que recibimos en la consejería, de madres o padres de familia que ya se han divorciado y ahora están viendo muy afectados a sus hijos a causa de la separación y la ausencia del padre divorciado que se ha alejado totalmente de la familia.

Nos enfocaremos pues, en este artículo, a estudiar los efectos trágicos que surgen en las vidas de los hijos cuando experimentan el divorcio de sus padres.

Comencemos por entender una idea básica: el divorcio es el término del matrimonio. Es decir, a través de un divorcio las personas finiquitan el compromiso de amor que un día establecieron para amarse durante toda la vida.

En México las estadísticas son frías ya que aproximadamente uno de cada dos matrimonios que inician con ilusiones, esperanzas y anhelos termina en divorcio. Si esto parece muy impresionante, en Estados Unidos e Inglaterra las cifras son aún más escandalosas:

Conforme pasan las generaciones, las personas se divorcian cada vez más pronto. Antes los matrimonios duraban 10, 15, 20 años o incluso toda la vida. Hoy encontramos matrimonios que a los 7 años, 3 años o incluso a los meses ya están divorciados.
 
Aunque el divorcio es una forma de mentalidad que se está inculcando en esta generación, la realidad es que esto está trayendo consecuencias terribles, tanto para las personas, como para la sociedad.

Tengamos presente que el matrimonio es un institución muy sólida, divina, creada por Dios y que tiene el propósito de proveer para el hombre un lugar en donde pueda amar y ser amado; un lugar donde pueda ser criado, protegido y formado.

El divorcio acaba con este plan perfecto. Estudiaremos a continuación sus efectos dañinos en la familia.