La comunicación entre padres e hijos
 

Necesidades que no son suplidas en los hijos
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

La vida hoy demanda mucho, las condiciones económicas son difíciles y para llevar el pan a la casa hay que trabajar mucho. Pero qué terrible es que los padres sólo suplan el pan y no el aspecto emocional, espiritual y afectivo de sus hijos.

Los seres humanos no solamente somos materia, también tenemos alma y espíritu, y cada uno de estos aspectos debe ser suplido. Si no es así, se ocasionan muchos problemas y los hijos que de pequeños eran tan hermosos se vuelven una pesadilla. No se les puede dirigir, son rebeldes, majaderos y empiezan a sacar todo lo que tú, papá, sembraste mal en ellos.

Ahora sí quieres hablar con ellos y te acercas para que cambien su actitud, pero ahora es él quien no te escucha ni te hace caso. Ya no tiene tres o cuatro años, tiene 15 o 16, a lo mejor ya está de tu tamaño, ya tiene más fuerza que tú y tiene un espíritu indomable con el cual no puedes lidiar.

Muchos padres tiran la toalla y dicen: “ya no puedo con él, déjalo que haga lo que quiera”. Y un día terminan muertos, suicidándose o con una terrible depresión.

Yo veía a muchos de los jóvenes que platicaban con nosotros muy estresados y angustiados, había un profundo vacío en sus vidas, se veía una soledad. Trataban de juntarse en grupo y resolver su situación pero ninguno de ellos tenía una respuesta para el otro, ni para sí mismos y los consejos e ideas que daban para resolver sus problemas eran muy inmaduras. No los juzgo, son jóvenes, están aprendiendo.

Nos han escrito gran cantidad de padres diciendo que sus hijos de 13 o 14 años son muy rebeldes y no los pueden controlar. Pero cuando les preguntamos, nos damos cuenta que no se le inculcaron valores en la niñez, no se le pusieron límites ni se platicó con ellos. Solamente existió el regaño en el momento de la falta, pero sin ninguna instrucción, práctica ni ejemplo.

Yo pregunto ¿qué se le puede decir a un joven que tiene una gran necesidad de afecto, ayuda y dirección, cuyos responsables de su vida están ausentes? Los jóvenes me decían: “¿Qué hago? Mis padres me golpean, me dicen de groserías, son injustos; me encargan a mis hermanos, yo no sé cómo cuidarlos y luego me reclama que no sé cuidarlos bien”.

¡Los muchachos están solos! Se encuentran a merced de los vicios, del alcohol, de la inmoralidad sexual, del narcotráfico y de todo lo que sale en la televisión que los lleva a la rebeldía y a la violencia. Y ¿los padres? Sin comunicación.

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