El Bullying

 

Estructura del bullying
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Hay muchas cosas en los alumnos que no se notan, que ni los maestros ni los padres de familia los ven, sino hasta que ya es muy notable. Por eso, debemos entender la importancia de conocer a nuestros hijos, de saber por qué situaciones está pasando que lo pueden afectar; para que al notar su estado de ánimo podamos darnos cuenta si algo le está pasando y busquemos ayudarlo.

Algunos adultos toleran y avalan esta problemática, piensan que es normal ponerse apodos ofensivos, o que incluso las palabras altisonantes y soeces son normales, pero no es lo correcto. No porque la gente esté muy acostumbrada a hablar de esa manera quiere decir que está bien, la realidad es que ese lenguaje es usado con doble sentido, para herir, ofender y humillar. Debemos tener cuidado de no permitir este tipo de lenguaje.

Los padres y maestros desconocen las graves consecuencias que puede tener un alumno al estar viviendo en esta situación: puede afectarse emocionalmente, puede afectarse su rendimiento escolar, puede incluso afectar su socialización.

No olvidemos que los niños se desarrollan a través de las relaciones interpersonales que lo van a ayudar a formar hábitos y desarrollar habilidades para desempeñarse en la vida. Entonces, si encuentra un ambiente muy hostil en la escuela no desarrollará sus habilidades al máximo.

Debemos estar muy atentos ante esta situación y debemos ver de manera seria y responsable cómo contrarrestarla, con el fin de crear para nuestros alumnos e hijos, un ambiente adecuado para estudiar.

El bullying es un problema a nivel grupal. Imagine usted un círculo y dentro de ese círculo a la víctima; en el perímetro del círculo está el agresor, que es quien inicia la agresión, y sus seguidores, aquellas personas que no inician la agresión pero que toman parte activa.

También están los partidarios, éstos son los espectadores que avalan lo que está pasando, gritan desde afuera, se burlan y muestran su complacencia y aprobación. Están conformes con lo que sucede, aunque no participan, ni son seguidores, sólo ven la situación, les gusta y la aprueban.

Después están los espectadores que no participan, son neutrales, y adoptan la posición de: “lo que sucede no me incumbe”. Aunque no están a favor, tampoco están en contra, simplemente están viendo lo que pasa pero prefieren no meterse.

También puede haber personas que son los defensores, aquellos que no les gusta la agresión pero que no saben cómo ayudar. Y por último, los defensores que intentan ayudar a la víctima, en la medida de sus posibilidades.

Para terminar, quiero leer un texto de las Sagradas Escrituras que se encuentra en Proverbios 22:3 y dice así: “El avisado ve el mal y se esconde, mas los simples pasan y reciben el daño.”

El problema del bullying tiene muchos antecedentes, es algo que ya tiene bastantes años. Las investigaciones de Dan Olsen datan de un poco antes de 1980, hace casi treinta años.

 Es un fenómeno que puede afectar a nuestros hijos, por lo tanto, es necesario investigarlo y tomar medidas preventivas para que la calidad de estudio de nuestros hijos no se vea afectada.

Si de por sí, llevar un programa de estudios puede generar mucho estrés, agregarle una situación de maltrato en la escuela va a complicar muchísimo las cosas. Según los estudios, los jóvenes bajan su autoestima y su rendimiento escolar debido a estas situaciones, hasta pueden presentar cuadros depresivos que vienen a complicar todo el panorama.

Entonces como padres tenemos que ser avisados, astutos y prudentes al revisar estos casos, para establecer mecanismos para poder ayudar a nuestros hijos, si están sufriendo algún tipo de maltrato en la escuela, a que salgan adelante. Todo por amor a nuestros hijos.
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