Un gran lugar para dar amor II

 

“El patito feo”
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Para tratar de ilustrar lo que una persona con capacidades diferentes puede sentir al ser rechazada por su estado físico de salud, quiero comentar un extracto de la tan conocida historia “El patito feo”.

En este texto encontrarás los comentarios que hacía su familia y las demás aves
del corral.

“Sí, sí es un huevo de pava. Tenéis que despreocuparos de él y enseñar a nadar a los otros...”.

“¡Mirad! ¡Ya tenemos otra familia! Como si no fuéramos ya lo bastante numerosos. ¡Mirad! ¡Mirad! ¡Vaya cabeza que tiene ese polluelo! A ese no lo queremos”.

-Dejadle tranquilo -dijo la madre- No ha hecho ningún mal a nadie.

-No -replicó la pata que le había picado-, pero es demasiado grande y ridículo. Es preciso hacerle rabiar”.

“Los patos le daban picotazos, las gallinas le picoteaban y la muchacha que daba de comer a las aves le apartaba con el pie”.

“Entonces huyó, volando sobre el seto, asustando a los pajarillos, que emprendieron el vuelo.

 -Todo esto es porque soy muy feo- pensaba el patito, cerrando los ojos”

“Después de eso, todos se reunieron en su casa. Pero el pobre patito que rompió el huevo en último lugar y que era tan feo, se vio mordido, empujado de un lado para otro, insultado y ridiculizado, tanto por los patos como por las gallinas”.

“... eres espantosamente feo -añadieron los patos salvajes- pero en fin, eso no nos importa siempre que no pretendas ingresar en nuestra familia por medio de un matrimonio...”.

“El patito creyó que podrían existir dos opiniones acerca del particular, pero la gallina no quiso ni siquiera prestarle atención.

-¿Sabes poner un huevo?

-No.

-¿Me harás, pues, el favor de callarte?”

Con esto, quiero ilustrar algo similar a lo que las personas con capacidades experimentan diariamente: rechazo. Simplemente no son aceptadas, ni siquiera se les da entrada en una comunicación, para escuchar sus opiniones.

Nuestra sociedad, en su gran mayoría tiende a la discriminación de estas personas.

Para algunas familias, no pocas, su pariente con discapacidad es un caso que les avergüenza. Y por ahí, estarán en alguna habitación, encerradas, viendo pasar los días sin que alguien les dé y reconozca el valor real que tienen. ¡Qué triste que esto pase en nuestros días!

żUna oportunidad para amar o para odiar?
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