Por: Ing. Gilberto Sánchez

Los estándares y valores que el mundo busca hoy en día, es una vida muy individualista, es decir, entre más rápido se vayan de la casa es mejor y así los padres se quedan solos y disfrutan su vida; que los hijos hagan su vida por otro lado.

Entonces el tener un hijo para siempre en casa, les implica a los padres que siempre va haber gasto, que siempre hay que estarlo atendiendo, que siempre hay que estarlo sirviendo, y en lugar de ver eso como una bendición, se ve como una maldición.

Y eso ya no es problema del niño con capacidades diferentes, ese es problema del padre o persona que está viviendo esa situación.

¿Cuál va ser la manera de enfrentar este tipo de problemas con hijos con capacidades diferentes? ¿Cómo lo va a recibir? ¿Se va avergonzar de esa criatura? ¿La va hacer a un lado? ¿La va a esconder en la casa como quien esconde un leproso? ¿O lo va amar y se va a dar por esa persona? ¿Se va a comprometer con él a salir adelante?

No vaya ser que Dios tenga un propósito de prepararlo a usted a través de esta prueba para que pueda entender y comprender a esa criatura que tiene una capacidad diferente.

Aprenda que si usted tiene a una persona así en casa, se le ha dado una excelente oportunidad de servir, de amar; no se le olvide, recuérdelo, es más bienaventurado dar que recibir.

Hoy la gente no es feliz porque está buscando recibir y no están entendiendo que lo que más llena a una persona y la satisface es cuando da.

¿Acaso cuando usted ha hecho el bien ¿no le ha aplaudido su conciencia? Claro que sí, viene un grado de satisfacción, un grado de contentamiento, en decir, es cierto hice el bien, hice lo bueno, amé a mi hijo, estuve con él, me pasé una buena tarde, estuve sirviéndole, voy hacer esto más seguido, lo voy a instruir, el logró hacer estas cosas nuevas y fue gracias a que yo estuve con él.

Claro que sí, papá, mamá, hay esperanza y hay un futuro hermoso por delante que depende de ti.