Cómo cuidar nuestra mente I
Aprendiendo a enfrentar las preocupaciones

 

Introducción
 

En programas anteriores hemos hablado acerca de cómo enfrentar las dificultades y los obstáculos. Muchas veces, las personas se preguntan: “¿Por qué sufro?”; otras se frustran porque no pueden vencer las dificultades con las que diariamente se enfrentan; y algunas sufren desaliento o desánimo, ¿quién no se desanima al oír las terribles noticias de la recesión económica, desempleo, muertes, hambres, terrorismo o niños abusados?

         En el mundo hay aflicciones y problemas de los que no podemos escapar ni huir, más bien, tenemos que enfrentarlos y obtener fortaleza de los mismos. ¿Qué sucede cuando los problemas son continuos y parecen no tener solución? ¿Qué pasa cuando las pequeñas cosas las empezamos a ver demasiado grandes o cuando no sabemos diferenciar las verdaderas aflicciones de las situaciones por las que no vale la pena preocuparse?

         Hoy vamos a hablar sobre cómo cuidar nuestra mente, vamos a aprender lo maravilloso y necesario que es la mente para el uso de nuestras facultades; para poder expresarnos, pensar, reflexionar, tomar decisiones, estar lúcidos, alertas, en fin.

         Según estudios de expertos en el campo de la psicología, una persona tiene que encarar 23 adversidades cada día, en promedio. Entendemos por adversidad cualquier incidente que disturbe en mayor o menor grado la tranquilidad de la gente. Estas adversidades pueden variar, desde algo tan grave como la muerte de un ser querido o una enfermedad, hasta asuntos menores como un teléfono celular que no funciona o un día lluvioso y no traer sombrilla.

         Los seres humanos estamos mal preparados para enfrentar el creciente número de adversidades y preocupaciones; la modernidad ha traído muchas comodidades, pero también complicaciones para saber afrontar las situaciones difíciles.

Definiendo la preocupación
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