En el programa anterior leímos el testimonio de Gerardo, un joven de 18 años, quien comentaba lo siguiente:

“Mi primo es un alcohólico, se puede tomar media caja de cervezas y un cuarto de la botella de ron y aún puede seguir tomando.

Una noche él estaba manejando muy rápido en el campo y su pick up se volteó, dando 2 vueltas. La camioneta quedó totalmente destruida. Él solamente abrió la puerta del carro y salió, completamente ileso. La policía llegó y ni siquiera se dio cuenta que él estaba borracho. Después encontraron unas latas de alcohol en su camioneta y le hicieron la prueba del alcohol, ¡tenía .38 de concentración de alcohol en su sangre!”

También vimos los diferentes niveles de concentración de alcohol en la sangre y los efectos que éstos producen. Una persona tiene .50 de concentración de alcohol en la sangre después de 14 a 20 bebidas en una hora. Aún la gente que toma mucho y frecuentemente, o la que tiene alta tolerancia al alcohol, puede perder la conciencia o caer en coma. Para 3 de cada 4 personas, este nivel de concentración de alcohol en la sangre es una dosis mortal.

Recuerdo el caso de un joven que celebraba su cumpleaños número 34, durante 3 días no dejaron de beber alcohol. Llegó hasta el hospital, tuvo un ataque de pancreatitis aguda, fue llevado a la sala de cuidados intensivos y murió. ¿Por qué murió, si era un joven fuerte? Porque a mayor concentración de alcohol en la sangre, mayor es el riesgo de coma, pérdida de conciencia y muerte.

¿Quién usa el alcohol? Es una buena pregunta. Karla, de 16 años, comenta: “¿Quién usa el alcohol? Yo pienso que sería mejor preguntar ¿quién no usa alcohol? Todos toman.”

De acuerdo a los investigadores, el uso de alcohol en menores de edad ha alcanzado proporciones bastante sorprendentes. Un reporte del año 2002, extendido por el Centro Nacional de Adicción y de Abuso de Sustancias, demuestra que el 81% de los estudiantes de preparatoria han consumido alcohol; el 70% han fumado cigarrillos, y el 47% han usado marihuana, esto en los Estados Unidos.

Los investigadores también encontraron que de los adolescentes que experimentaron consumiendo alcohol, el 91.3% seguía tomando, aún en tercer año de preparatoria. El 31% de los estudiantes de preparatoria dijeron que se emborrachaban por lo menos una vez al mes.

Estudios recientes indican que las muchachas toman tanto como los muchachos. La Encuesta del Comportamiento Riesgoso Juvenil del 2001 reporta que entre los estudiantes del tercer año de secundaria, el 40% de las muchachas y el 42% de los muchachos consumen alcohol. En tercero de preparatoria el 53.9% de las muchachas consumen alcohol, comparado al 56.6% de los muchachos.