Los problemas más comunes en el matrimonio y cómo resolverlos
Parte II

 

El tiempo, un gran enemigo
 

Según las estadísticas del Centro Nacional de la Familia (CENFA) en el país de Chile, la mala comunicación se sitúa como la problemática más común en una relación de pareja. Muchas veces, esa mala comunicación se produce por falta de tiempo o por cansancio. Hoy en día, vivimos bajo la esclavitud de un verdugo y tirano llamado: tiempo.

En este caso, debemos aprender a fijarnos un momento al día, o varios a la semana, para conversar con nuestra pareja sin que ninguno de los dos falte a la cita. Debemos tener en cuenta que lo más importante para nosotros como matrimonio es luchar por la relación que mantenemos con la persona que amamos. Hay que luchar contra el tiempo y contra el cansancio.

Uno de los problemas principales, tanto en hombres como en mujeres, es que sufren de cansancio. La misma ansiedad y estrés que genera este tipo de vida materialista, genera cansancio, ansiedad mental, nerviosa, física y un desasosiego.

El tiempo es un tirano que nos esclaviza, nos golpea fuertemente, se acorta y no nos alcanza. Las ocupaciones, el transporte, las grandes distancias, los trabajos que a veces son largos, mal pagados, estresantes y agotadores; se van sumando y generan tensión, estrés, agotamiento, cansancio y menos disposición para comunicarte y para escuchar a tu pareja.

La mayoría de las veces no se habla de los conflictos en su momento, esto hace que se acumulen las quejas con respecto al otro y después se discuten, fuera de tiempo. Esto es muy malo, porque luego se discuten hasta que hay un enojo o pleito, o bien, durante la comida, en una salida juntos, etc.

Discutir las cosas fuera de tiempo no lleva a nada, no hay como ir discutiendo de forma sana, saludable, sin quejas ni querellas y en primera persona, para resolver los conflictos en el matrimonio.

Además hay dificultad para expresar sentimientos o necesidades: a veces, creemos que el otro sabe leer nuestro pensamiento y sabe lo que sentimos o pensamos. Esto es falso. A veces se adivina por casualidad o porque ya se vivieron muchos años juntos; sin embargo, esto no es la práctica normal. Más bien, hay que hablarlos, escucharlos, resolverlos en el momento y no dejar que se acumulen para luego estallar.

Es común escuchar a la mujer decir: “él jamás me invita a salir”. Pero cuando se le pregunta si ha expresado su deseo al marido, responde que no. Las parejas deben darse cuenta que es imposible adivinar lo que el otro quiere si no se le pregunta claramente. Esto es un error que se comete con mucha frecuencia y da lugar a malos entendidos, difíciles de solucionar.

Discusiones destructivas y sentimientos de abandono
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