Combinaciones mortales: "El alcohol y los sedativos"

 

Los síntomas del síndrome de abstinencia
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Durante el periodo en que se deja de consumir alcohol, las células del cerebro están en una extrema tensión o estrés y el cerebro registra el dolor de la única manera que puede: con síntomas de angustia, tanto emocionales como reflejados en el comportamiento.

Los investigadores Catherine K. y Nicolas A. afirman en su reporte:

“Conforme la persona continúa no consumiendo alcohol, el síndrome de abstinencia se hace cada vez más intenso e incontrolable y puede manifestar los siguientes síntomas: pulso, ritmo del corazón, respiración y presión sanguínea elevados; extrema agitación, confusión mental, paranoia, ansiedad y miedo; desorientación, confusión en cuanto al tiempo, a lugares o eventos pasados; pérdida de memoria por minutos, horas o aún días completos; fiebres altas, diarrea, alucinaciones, usualmente involucrando los sentidos de la vista, el oído y el tacto; temblores severos y ataques”.

Cuando se deja de consumir alcohol de manera rigurosa, puede causar lo que se conoce como ‘delirium tremens’, que tiene un índice de mortalidad entre 5% y 15%, aún cuando es tratado apropiadamente.

El deseo intenso por las drogas es un signo claro de que el cuerpo necesita las drogas para funcionar normalmente; si se continúa no consumiéndolas, el deseo se intensifica pasando a ser de un fuerte deseo de consumirlas para experimentar placer y euforia, a una necesidad muy fuerte e irresistible de consumirlas para aliviar la angustia física y emocional.

Conforme pasa el tiempo, cada acción, deseo o emoción del adolescente es gobernada por la necesidad del uso del alcohol o de la droga para aliviar los síntomas causados al no consumirlos.

Cuando tenemos hambre el cerebro dice: “dame comida”. Cuando eres adicto al alcohol o a otras drogas tu cerebro dice: “dame drogas”. Las células hambrientas necesitan comida; las células adictas necesitan drogas, esto es así de simple y de profundo.

Al retirarse radicalmente de la sustancia adictiva, ésta es eliminada del torrente sanguíneo, causando una gran angustia física y emocional y un deseo por las drogas para aliviar los síntomas dolorosos.

No es fácil vivir siendo adicto a la droga o al alcohol, esto no lo dicen las compañías que venden alcohol, esta parte no la enseñan, la esconden. Enseñan la playa bonita, las muchachas en traje de baño, la cerveza que se antoja, la espuma, la sonrisa, la alegría, el momento feliz;  pero nunca presentan el lado oscuro que llena sus bolsillos de dinero y los panteones de jóvenes muertos.

¿Cómo puedo saber si mi hijo está consumiendo alcohol?
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