Por: Doc. Salvador P. Cárdenas
Quienes sufren el trastorno de la personalidad obsesivo-compulsiva son personas formales, fiables, ordenadas y metódicas pero a menudo no pueden adaptarse a alguna circunstancia o cambios que pueda haber en su vida o en la relación con los demás.
Pueden ser excelentes en sus responsabilidades hasta pasarse a lo exagerado y, sin embargo, son personas que sufren muchísimo, que frecuentemente traen ansiedad en su corazón por el mismo pensamiento obsesivo que tienen y que por lo mismo se les dificulta muchísimo tomar decisiones y a veces hasta decisiones muy sencillas.
Piensan demasiado las cosas, le dan muchas vueltas y tienden a ser muy perfeccionistas, son obsesivos y compulsivos. Lo obsesivo tiene que ver con los pensamientos y lo compulsivo tiene qué ver con las acciones.
Toman sus responsabilidades con tanta seriedad que no toleran los errores; este es el punto más importante, en esto radica su propia infelicidad, son tan obsesivos con sus responsabilidades que no toleran los errores.
Sus responsabilidades les producen ansiedad y raramente encuentran satisfacción en sus logros, nunca están satisfechos con lo que han hecho, siempre ven un pero o algo mal y viven habitualmente con ansiedad; sus propias responsabilidades les provocan ansiedad.
Frecuentemente son grandes personalidades, en especial en las ciencias y en otros campos intelectuales, en donde el orden y la atención a los detalles son fundamentales; en ciertas áreas laborales son excelentes, pero en el trato son personas muy difíciles. Qué complicada es la vida para el obsesivo compulsivo, le es algo desgastante, gravoso y angustiante. |