¿Usted cree, que esto pueda considerarse un negocio o es más bien otra mafia? Como el tráfico de drogas, ahora tenemos los traficantes de niños.

- Exactamente, es un negocio. Usan a los niños como objetos, como algo con lo que se puede traficar y algo con lo que se puede tener gran ganancia. Quiero mencionarle que en ocasiones, tristemente, la única forma de vida que el menor ha conocido se basa en todo lo que le rodea, que es el mundo de la prostitución, ya que su familia vive del mercado del sexo por lo que ellos siguen el mismo camino de sus madres y de sus padres, sin tener una opción que elegir.

- Eso es cierto, Licenciada. Dentro de nuestra investigación que hemos realizado en esta Organización No Gubernamental con un énfasis a los derechos de la familia, nos hemos llegado a sorprender de que muchos de estos niños y niñas que son víctimas de la explotación sexual infantil, son hijos de personas que vendieron sus cuerpos, de personas adultas que trabajaron como sexo servidoras, quienes han llevado a sus hijos a estos antros.

Muchas veces en sus propios hogares visitan los clientes a estas personas, y los niños observan, aprenden y tristemente los clientes abusan de los niños también por una cifra de dinero que les dan a los propios padres.

- Sí. Básicamente los niños siguen el ejemplo de sus padres. Ese ejemplo que les dan de vender sus cuerpos para obtener una cantidad de dinero, los niños lo ven como normal, como un trabajo, o empleo y pues, eso es lo que ellos siguen. En lugares como el sur de México, o la India, Centroamérica, Sudamérica, eso es muy popular, muy común, que un niño siga el ejemplo de sus padres.

- ¿Qué más nos puede decir sobre el origen de la explotación sexual infantil, Licenciada Torre?

- Otra causa es la drogadicción, ya que la prostitución se ve como una vía de pago para poder conseguir y obtener la droga. Cuando una persona es adicta a la droga hace hasta lo imposible por conseguir el recurso, el dinero, para poder obtener esa droga. La gente en este caso, vende su cuerpo para obtener una cantidad de dinero y así poder alimentar  ese deseo o necesidad de la droga.

- ¿Qué podría usted añadir sobre la desintegración familiar? La desintegración de la familia se suma a los factores que conducen al menor a las redes de la prostitución. Yo diría que es una de las causas principales, si no es que la principal.

Cuántas madres solteras que ejercen la prostitución por la razón que usted quiera nombrar, hoy se encuentran sin esposo, sin un ambiente de hogar, bajo la influencia del comercio sexual, bajo la influencia de las drogas, como usted mencionaba.

Esos niños que no tienen ningún modelo a seguir, que no tienen educación ni siquiera básica, que no saben leer ni escribir, que viven bajo el techo de la madre o del explotador sexual que está traficando con ellos, son las principales víctimas.

Una familia integrada, nosotros siempre hemos analizado eso en nuestro programa, es el resguardo de la educación de nuestros hijos y el lugar de donde pueden ellos adquirir buenos ejemplos.

Inclusive, he conocido muchachas que a causa de la desintegración familiar, porque el padre es alcohólico, la madre sufre violencia intrafamiliar, y las niñas escapan de sus casas y se les hace muy fácil a estas muchachas abrirse paso en la vida solas, pero terminan ejerciendo la prostitución. ¿Cuáles son entonces las consecuencias de la explotación sexual infantil?

- Como ya lo habíamos mencionado, es algo muy conmovedor que se vea a los niños y a las niñas como mercancía de usar y tirar. Constituye un atentado obvio a la dignidad de los niños como seres humanos y una violación de sus derechos más elementales, ya que en la prostitución infantil, cuando un niño se contagia de SIDA o de enfermedades de trasmisión sexual, o un niño se incapacita por alguna razón, ese niño ya no es parte de ese negocio, lo desechan, lo tiran a la calle como un perro, y muchas veces los mismos traficantes lo matan, porque ya no es de ningún uso para ellos.

Entonces, el hecho de que estos niños se conviertan en mercancía, que los usen hasta que les dure y, “cuando ya no me dura, lo tiro porque ya no me sirve”. Esa es una de las peores consecuencias.

También la explotación sexual conlleva peligros físicos para los niños y las niñas, maltratos, torturas, infecciones de SIDA y otras enfermedades de trasmisión sexual y muerte en muchos casos.

También produce alteraciones graves en el desarrollo psicológico, estigmatización y rechazo social. Muchos de estos niños y niñas corren el riesgo de convertirse, a su vez, en agresores cuando sean adultos.

Las consecuencias son muchas para estos pequeños y sobre todo ese rechazo social que ellos sienten de parte de la sociedad, esa alteración grave en su desarrollo físico que los hace convertirse en unos violadores, criminales, agresores, eso les trastorna su desarrollo, su forma de pensar, los trauma para el resto de sus vidas. Les deja heridas que son imborrables, que ningún psiquiatra del mundo las podrá solucionar, son heridas que quedan penetradas en lo más profundo de sus corazones.