Tabaquismo: Adicción a la nicotina

 

Se reconoce que el tabaquismo es una entidad clínica, claramente definida como “adicción a la nicotina del tabaco”. Esta adicción se manifiesta a través las tres características de cualquier adicción:

  • Dependencia
  • Tolerancia
  • Síndrome de abstinencia

¿Qué quiere decir dependencia? La persona necesita consumir el producto, de lo contrario, se siente inquieta. Tolerancia; el deseo por consumir el producto cada vez se hace más fuerte y cuando antes se satisfacía al consumir cierta cantidad de la droga, ahora requiere mayor cantidad para sentirse satisfecho. El síndrome de abstinencia; la persona deja de consumirlo por un tiempo, y comienza a desarrollar cierto nerviosismo, temblor en las manos, irritación.

Al igual que la cocaína, el tabaquismo produce adicción, y tiene esas tres características en la persona. Esto se expresa en la necesidad convulsiva de consumir tabaco y la dificultad para abandonarlo.

Ahora bien, realmente la persona ya no es tan libre como dice serlo. El fumador dice: “yo hago lo que yo quiero”; el problema es que el fumar ya no depende de tu libertad, depende de un consumo que necesariamente debes tener para sentirte bien, de un “consumo convulsivo” -dice la definición de tabaquismo- para no experimentar esas sensaciones que se desarrollan en el síndrome de abstinencia.

Hay encuestas e investigaciones serias que han demostrado la asociación entre el consumo de tabaco y alcohol, y la predisposición a usar otras drogas.

Es decir, demuestran contundentemente que puede haber una relación cuando un joven consume alcohol y tabaco, para posteriormente iniciarse en el consumo de otro tipo de drogas.

Entonces, los padres de familia deben estar muy atentos a los hábitos de sus propios hijos, no solamente por temor a que pueda desarrollar una enfermedad, sino porque tiene más riesgos de hacerse un consumidor de otro tipo de drogas en relación con otro joven que ni fuma ni bebe.

Otro dato estadístico muy importante: aproximadamente el 28% de la población mexicana entre 12 y 65 años de edad es fumadora, lo que hace estimar en 14 millones la cifra de fumadores en la nación.  Es un dato muy elevado.

El siguiente dato también es importante: el grupo de edad con mayor prevalencia de tabaquismo es el de los 18 a los 29 años de edad. Prevalencia quiere decir en este contexto “que están fumando”.

Por supuesto que hay personas que fuman antes de los 18 años y hay quienes fuman después de los 29, pero el grupo más importante como fumadores en México es el grupo comprendido entre los 18 y los 29 años de edad.

Es importante destacar que un 10% de los adolescentes mexicanos es fumador. Son datos que hay que tomar en cuenta, pues estas cifras son muy semejantes en los países de América Latina.

Los adolescentes no están exentos de verse envueltos en este contexto del tabaquismo. También las estadísticas comprueban que los adolescentes que empiezan a fumar en esa etapa y que posteriormente ingieren bebidas alcohólicas tienen aún mayores probabilidades de enredarse más adelante con el uso de otro tipo de drogas.

 

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