Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Vivimos rodeados de dificultades y en un mundo que quiere y exige respuestas ante las diversas necesidades que nos rodean, las cuales son muchas y muy variadas.

Ante tantas necesidades y conflictos, debemos aprender a mantener siempre una esperanza verdadera en nuestras vidas. Tener una esperanza es mantener una expectativa, una esperanza, un deseo, una ambición, una meta, algo que esperamos, algo que deseamos que se cumpla en nuestras vidas y se haga una realidad en nosotros.

¿Dónde has puesto tu esperanza?

Para muchos seres humanos la esperanza puede estar fincada en múltiples factores. Hay incluso, quienes ponen sus expectativas en la Ecología , es decir, en conservar el ambiente puro, muy limpio para el desarrollo de las especies animales, vegetales, etc., y así tener un planeta bien equilibrado.

Se dedican a preservar la naturaleza, es loable esta labor, sin embargo vemos que cada día las fuentes de agua potable disminuyen, los ríos se contaminan, los manantiales y aun los mares, y también los bosques, sufren lo que se conoce como la tala indiscriminada que lleva a perder extensas cantidades de terreno para poder tener árboles suficientes.

Del mismo modo, el hombre pone su esperanza en los recursos económicos, y su esperanza está en incrementar su ingreso económico. También hay quienes están enfermos y su esperanza está en ser sanados de esa enfermedad que afecta sus vidas de tiempo atrás.

Hay a quienes no se les hace justicia y su esperanza está en que se les haga justicia; hay quienes viven solos y su esperanza es una amistad verdadera; hay quienes son huérfanos o desamparados y su esperanza está en que alguien les provea de afecto y un hogar; hay quienes hoy están desempleados y su esperanza está en un trabajo; hay quienes no tienen educación y su esperanza es lograr algún grado académico.

También hay personas que han puesto su esperanza en el hombre mismo. Un conocido pensador comenta lo siguiente al respecto:

“No debemos olvidar las limitaciones del hombre; aún así hemos de tener confianza en sus virtudes. Quiero animar a todos aquellos, según sus posibilidades y nivel de inquietud, hagan un esfuerzo por explorar el máximo en sus vidas, de tal modo que le saquen todo el jugo posible en beneficio suyo y de los demás, ¡ánimo! El futuro es nuestro”.