Más que un día malo
 

Ansiedad y depresión.
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

La ansiedad es también un acompañante habitual de la persona que tiene depresión: hay un desasosiego, un trastorno constante, entonces el insomnio viene, cuesta mucho trabajo dormir y cuando te despiertas temprano, de mal humor o duermes mucho y no descansas, pues no tienes fuerzas para vivir, se altera tu pensamiento.

A veces te imaginas tener enfermedades de todo tipo, surgen ideas derrotistas en tu vida, surgen fuertes sentimientos de culpa, obsesiones, a veces en tu cuerpo se sienten cosas, surgen dolores crónicos, hiparión, sudoración nocturna, a veces fatiga o cansancio, a veces hay también alteraciones en el comportamiento, tienes la sensación de vivir arrinconado, nada más estar pensando en los sinsabores de la vida, puedes estar quieto, quedarte con las manos cruzadas, desalentado totalmente, o a veces puedes explotar en crisis violentas, crisis de angustia, ataques de llanto por motivos insignificantes, simplemente porque tu esposo no te dio un abrazo, sientes que no te ama, te sientes sola, simplemente porque alguien te dijo algo que no te agrada, etc.

A veces la depresión produce modificaciones en el apetito, en el peso, culpa excesiva, y también la disminución de la energía, hay muchas personas hoy que se sienten cansadas y no saben por qué, pero muchas veces puede ser la depresión.

Encontramos características comunes de la depresión y la ansiedad. Cuando la ansiedad acompaña a la depresión hay trastornos de sueño, hay cambios de apetito, hay molestias específicas cardiopulmonares o gastrointestinales; hay dificultades para concentrase, cuando te hablan no te puedes concentrar, cuando lees, cuando estás en tu trabajo, cuando estás viendo algo, hay fatiga, hay irritabilidad, falta de energía.

Quiero decirte que debemos terminar con ese estigma de que la persona que va a buscar a un psicólogo, a un psiquiatra, a un terapeuta familiar, etc., es una persona que está loca. Ya quitemos ese estigma; los psiquiatras, los psicólogos, los terapeutas, los consejeros familiares, etc., son necesarios, son profesionistas de la salud, y tal como vamos con el doctor a consultar por un problema del estómago, por un problema de la sangre, etc., también necesitamos que atiendan nuestra mente .

Ya debemos de quitarnos ese estigma que acudir a buscar ayuda con un psiquiatra es sinónimo de que estamos locos, no es cierto, esa es una mentira. Es muy importante entonces que entendamos que la depresión también puede afectar la vida familiar, no solamente a una persona, sino a la familia entera, es importante que los padres pongan atención a esto.

Papá lector: muchas veces tus palabras, tu forma de tratar a tu hijo pueden producir en él una baja autoestima, es decir, un desconocimiento de parte tuya a cerca de lo que le pasa a tus hijos, acerca de sus gustos, intereses, aspiraciones.

Padres desinteresados, padres que no se comunican con sus hijos, con su familia, con su esposa, que tienen tendencia al individualismo, cada quien vive su mundo: papá anda en su mundo, mamá anda en su mundo y los hijos andan en su mundo, ahí hay problemas, se van a generar una serie de dificultades, que muchas veces van a ser irremediables.
Papá: ¿qué harás con la depresión?
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