Más que un día malo
 

Hay días que parecen grises
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Y para ti, ¿cómo amaneció hoy? ¿Estás atravesando por una situación que hace que tu día se vea nublado, oscuro, sin esperanza? ¿Te sientes sin fuerzas para vivir, apachurrado, sin humor, las cosas te mortifican?

A veces puedes sentir estados de tristeza, de náusea, de dolor, sudoración inexplicable, preocupaciones que invaden tu mente y que la llevan a un estado de depresión, de ansiedad, de estrés, a un trastorno emocional… ¡todos nosotros en estos días no nos explicamos por qué estamos sufriendo tanto! No podemos negar que hay gente que es feliz, pero la gran mayoría no lo es.

¿Eres feliz o te agobia la soledad?

La gran mayoría experimentamos situaciones tan dolorosas y vemos que cada día se complica más y más este mundo, es decir, se hace más difícil vivir, soportar, perdonar, incluso convivir con la gente, o ganarse el sustento del pan; se hace más difícil criar a los hijos en medio de una generación que nos ha alcanzado, donde los jóvenes son arrastrados en una forma terrible hacia las adicciones, la violencia, la rebeldía, la desobediencia, el alcoholismo, el embarazo, etc.

Sabemos que muchos padres y madres de familia, muchos jóvenes y muchos de nuestros lectores estarán pasando o atravesando situaciones desesperadas. Es a ellos a quienes nos estamos dirigiendo en esta ocasión con el fin de ayudarles, porque siempre hay una solución, una puerta para enfrentar los problemas.

Hay tristezas tan grandes que producen desolación , haciendo sentir a la persona completamente sola en medio de su problema.

La soledad es más que un día malo, porque a veces nos podemos sentir solos uno o dos días: porque nuestra esposa no está y nos sentimos solos, tenemos que guisarnos, tenemos que lavar nuestra ropa, nuestro esposo salió de viaje, nuestros hijos tuvieron que abandonar el hogar unos días o estamos lejos de casa y nos sentimos solos y es natural, eso es normal.

Pero cuando ese estado de soledad se hace continuo, cuando nadie se interesa por nosotros, cuando a nadie le importamos y a nadie le importa mi problema, ¡oh, qué mal se siente uno! Se siente uno incomprendido, aislado, se siente sin apoyo de los demás, triste.

Cuando la soledad es frecuente también causa infelicidad; no somos felices, al contrario, esa tristeza trae una angustia tan profunda que hace sentir al corazón roto, caer en depresión, en ese estado inconsolable de nuestro corazón que está ahí, ahí, ahí, oprimiéndonos, aplastándonos el pecho, llevándonos a sentir mal, tristes, solos, provocando en nuestras vidas lo que se conoce como desánimo.

Los estado de ánimo son muy variados
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