Más que un día malo
 

Las lágrimas de la impotencia
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Tratando un caso en terapia y consejería familiar su servidor encontró que un padre estaba destrozado, porque durante muchos años él había confiado mucho en sus hijos. Tenía dos hijos: un hijo y una hija; ambos, muy buenos estudiantes.

Sin embargo descubrió que ella estaba embarazada sin estar casada y el joven ya era adicto a una droga; eso destrozó el corazón del padre y se sentía el hombre más impotente para poderle hacer frente a la vida.

Su corazón se volvió tan pesado, su pecho tan oprimido, tristeza lo embargaba día y noche, se levantaba pensando en ello y se acostaba pensando en ello, su apetito, su deseo de comer disminuyó seriamente, su deseo de vivir también, su deseo de disfrutar las cosas lindas de la vida desapareció también. Se volvió una persona impotente: “ las peores lágrimas, son las de la impotencia”.

¿Te has sentido alguna vez impotente ante una situación? ¿Cómo respondes ante una aflicción o angustia que viene a tu propia vida? Supongamos que pasa algo inesperado: la muerte de un ser querido, la pérdida de un trabajo, la traición de tu pareja, o pierdes una relación, se rompe por causa de enojos, pleitos, o eres objeto de un abuso físico, emocional, sexual, o no has encontrado la felicidad en tu vida. ¿Cómo respondes ante una situación de esas?

Muchos de nosotros para ser sinceros, no sabemos cómo responder, nos sentimos desubicados, desorientados, nos toman por sorpresa las situaciones desagradables de la vida, nos asaltan y muchas veces nuestras fuerzas no son suficientes para poder hacerle frente a esta situación.

Es entonces cuando empezamos a sentirnos cansados; ya no tenemos fuerzas para vivir, empezamos a sentirnos tristes, desanimados, melancólicos, sentimos que el corazón nos pesa demasiado, tenemos sentimientos de angustia, como si nuestro corazón se rompiera en pedazos, como si ese golpe que recibimos produjera en nuestras vidas un sentimiento de no poder ser consolado por nada, nada te satisface, y se produce una desesperanza .

Cuando la esperanza se desmorona

Un padre de familia joven que invirtió mucho tiempo de su vida en instruir a sus hijos, en tratar de ser buen ejemplo, ahora se encuentra con la noticia de que sus únicos hijos, son una embarazada, y el otro adicto.

El corazón de este padre fue destrozado, sufrió un golpe, empezó a descender su estado de ánimo a tal grado que sentía una apatía, se sentía miserable, antes era feliz, ahora estaba triste y se lamentaba, era como estar en un estado de luto, dolor, tribulación y aflicción.

Cuando la esperanza se desmorona
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