Independientemente de las cuestiones de cáncer pulmonar, el tabaco es el causante del 80% de la mortalidad por procesos pulmonares crónicos, es decir, detrás del 80% de las personas que mueren por un problema pulmonar crónico como puede ser un enfisema, o una bronquitis crónica, está el tabaquismo. Con todo esto, vemos lo importante que es tomar una postura acerca del tabaco. Si usted es un padre de familia, una persona mayor de la cual dependen otras personas, si usted tiene familia y fuma, yo quiero que usted reflexione que no está solo en el mundo.
La gente dice “yo tengo derecho a hacer de mi vida lo que yo desee ”; no vamos a entrar ahorita en ese punto, pero sí vamos a decir que ningún ser humano es una isla en este mundo. Los seres humanos formamos parte de una sociedad y en la gran mayoría de los casos formamos parte de una familia, tenemos seres queridos, muchos de ellos dependen emocional, económicamente o de alguna otra forma de nosotros, y es una gran falta de amor hacia estas personas el que usted no se cuide a sí mismo.
El fumar puede representar una de las mejores formas de pasar el tiempo, de tomar algún tipo de placer, pero es un daño directo y contundente en contra de la salud de cualquier ser humano. A continuación explicaremos brevemente las fases del fumador, las cuales han sido aceptadas por aquellas personas que han tratado este asunto del tabaquismo.
La primera es la fase de pre-contemplación . Esta fase se caracteriza porque la persona empieza a fumar, tiene su primer encuentro por así decirlo, con el tabaco; le agrada, le produce placer y disfruta el hábito de fumar, no hay acusación de conciencia, no piensa que está haciendo algo inadecuado en contra de su misma salud y decide entonces hacerlo y además está seguro de que hace el bien.
Habitualmente son los fumadores menores de 30 años de edad los que se encuentran en esta fase y es precisamente casi la mitad de todos los fumadores quienes están en esta etapa.
La segunda fase es la fase de planteamiento o contemplación . Aquí el fumador se plantea las posibles consecuencias negativas para su salud. Se interroga a sí mismo y empieza a tener cierto temor por las consecuencias negativas de ese hábito; comienza a ser un fumador disonante, es decir, sí fuma, pero le parece que está mal lo que está haciendo. El 30% de los fumadores están en esta etapa.
La siguiente fase es la de acción , en donde el fumador se ve en la obligación de dejar de fumar; pasa de ser un fumador disonante a tener una actitud más acorde, es decir, sabe que es malo fumar y de hecho, lo deja. Un 20% de los fumadores están en esta fase.
Posteriormente viene la fase de consolidación o mantenimiento . Se puede decir que en esta fase, están aquellos que llevan más de seis meses de abstinencia. Es decir, la persona no fuma para nada, aunque médicamente hablando, para considerar a la persona como un ex-fumador debe de cumplir por lo menos 12 meses sin probar el cigarro.
Y lamentablemente existe la fase de recaída en donde el porcentaje es variable. No hay una estadística clara de cuál es el porcentaje de recaída. Aquí la persona toma de nuevo el hábito de fumar y cae en la fase de contemplación, o sea, la persona sabe que está mal fumar pero lo vuelve a hacer. A esta fase, se le acompaña una gran pérdida de valoración personal, la persona se siente vencida por sus impulsos, siente que no tiene fuerza de voluntad, o se siente bien en su conciencia por las acciones que está llevando. |